No son los presupuestos más expansivos de la historia

05/04/2023
La clase trabajadora vasca está sufriendo un proceso generalizado de empobrecimiento debido a los altos precios y a la no actualización salarial. Por eso, los presupuestos para 2023 adquieren una gran importancia, porque deberían contar con apoyos para los más débiles, garantizar unos servicios públicos de calidad y contribuir al bienestar, a la transición ecosocial y al empleo de calidad.

Como hemos podido comprobar, los proyectos de presupuestos para 2023 siguen la línea de los proyectos de años anteriores; con mucha propaganda pero la realidad es que las cuentas muestran pocos cambios. Ni la pandemia ni la crisis inflacionaria parecen suficientes para pretender desarrollar un gasto público real y expansivo.

Los presupuestos de la CAPV y la Comunidad Foral de Navarra parten, además, de un grave error: no se cuestiona la forma de recaudar el dinero necesario para financiarlos. Aunque la mayoría de las empresas se han embolsado en los últimos meses mayores beneficios que nunca, son las clases populares las que ponen una parte cada vez mayor de sus presupuestos. En cambio, las empresas con beneficios, los salarios más altos y las rentas de capital aportan cada vez menos.

Comunidad Autónoma del País Vasco

En cuanto a los presupuestos de la CAV, los ingresos públicos en 2021 fueron muy superiores a los esperados. Teniendo en cuenta las aportaciones de las diputaciones forales y las transferencias españolas y europeas, el Gobierno Vasco registró unos ingresos de más de 2.200 millones de euros. Sin embargo, estos ingresos no se aprovecharon para aumentar el gasto público; se destinaron a emitir la mitad de la deuda que estaba prevista y más de 1.000 millones quedaron inutilizados.

En el año 2022, aunque las aportaciones de las Diputaciones Forales son superiores a lo presupuestado, se prevé un déficit del 10%. Si se aborda una reforma fiscal, no estaríamos hablando de situaciones de déficit. El proyecto de presupuestos para 2023 sigue en la línea de años anteriores y supondrá un ligero incremento del gasto social respecto al cierre de 2022.

Baja el gasto en sanidad y se mantiene en los mismos niveles en Educación. El proyecto de Presupuestos sigue contemplando la aplicación de recortes en la cuantía de la RGI, así como una dotación muy reducida de las políticas de vivienda.

Para 2023 se han incorporado por primera vez fondos europeos MRR al presupuesto de ingresos, aunque los últimos años se han incluido como disposición adicional. Sin embargo, el análisis del gasto de estos fondos no supone modificación estructural alguna en el presupuesto.

Comunidad Foral de Navarra

En el caso de Navarra, este año es el peor presupuesto de toda la legislatura, realizado sin participación social y sindical. El crecimiento presupuestario es mínimo y está muy por debajo de las previsiones de crecimiento del IPC y del PIB. Esto significa que la Administración Pública va a perder peso respecto a la economía. Por lo tanto, hemos vuelto a las políticas de austeridad sin extraer ninguna lección de la época de pandemia y han empezado a preparar el camino hacia futuros recortes.
El acuerdo con EH Bildu no tiene contenido: se ha aprobado el presupuesto total y se ha rechazado la reforma fiscal por el 0,26% del presupuesto. La estrategia política de la izquierda parlamentaria es validar la política presupuestaria y fiscal antisocial.

ELA quiere una izquierda institucional que actúe como oposición, que sea aliada con las fuerzas sindicales y sociales que defendemos una transformación radical de las políticas presupuestarias y fiscales. El papel de la izquierda no puede limitarse a maquillar los presupuestos antisociales, que no son buenos en función de quien los firma, sino de su contenido.

Por tanto, se puede concluir que estos presupuestos son continuistas y que, además, se pierde una gran oportunidad para una mayor inversión en partidas que se han reducido durante muchos años.

El gasto público es el motor de la economía y, en este sentido, los gobiernos vasco y navarro deberían tener más peso a través de la inversión pública. Pero no sólo en temas que den servicio a los ciudadanos, también en empresas estratégicas y generadoras de más valor añadido.