Primero de Mayo de 2020: Lo nuestro, lo esencial, lo de todas y todos

28/04/2020
En este Primero de Mayo queremos recordar a todas las personas fallecidas en nuestro país y en el resto del mundo. Tenemos muy presente que la solidaridad, la igualdad y el compromiso de lucha distinguen el Primero de Mayo a lo largo de su historia, porque demuestra la adhesión y la pertenencia de millones de personas a una clase, la clase trabajadora. Por eso, ELA subraya la injusticia humanitaria que supone la muerte de miles de personas por desatención sanitaria y por falta de medidas de seguridad. A las 12 del mediodía, Mitxel Lakuntza, realizará una intervención que podrá ser seguida desde nuestra página web.

No hace tanto, el pasado 30 de enero, miles de mujeres y hombres de nuestro país secundamos una huelga general para que la mejora de nuestras condiciones de vida se situase en el centro de la política.

Apenas unos meses después, una pandemia que ha causado ya miles de muertos y amenaza todavía la de millones de personas en todo el mundo, ha dejado en evidencia los límites y la insolidaridad de un modelo capitalista, heteropatriarcal y racista que está enfermo, al que cada vez le cuesta más respirar y que nos ahoga con sus recetas de austeridad y recortes.

Lo que deja al descubierto esta pandemia no es una crisis puntual, sino estructural.
Es significativo que numerosos organismos y voces del mundo económico reconozcan ahora que este sistema es inviable, además de injusto. Claro que teníamos razón.

Aparece otra evidencia, aún más importante: la importancia de responder colectivamente para defender mejor nuestras vidas.

Hoy comprobamos mejor la mentira del individualismo, de un sector privado con sus “soluciones” y privatizaciones que hoy esconde la cabeza y se revela ineficaz. Sabemos mejor que ayer que ante las grandes amenazas y retos,
lo colectivo, lo público, lo que garantiza la igualdad de todas y todos es lo único que nos puede salvar. Por eso, no nos olvidamos de los recortes ni de sus efectos y mucho menos del valor de quienes se opusieron a estas injusticias.

Hoy queda todavía más claro qué es esencial para nuestras vidas: sectores como los cuidados, la salud, limpieza, alimentación... Son mujeres las que trabajan principalmente en estos sectores donde la precariedad es mayoritariamente la norma. El verdadero reconocimiento social no debería quedarse en los aplausos, sino en la mejora de sus condiciones laborales.

Precisamente en esos sectores es donde ELA ha exigido a los gobiernos de Urkullu y Chivite que centren recursos y esfuerzos. A su vez, hemos exigido una coherencia entre el confinamiento social y la actividad económica, algo que nuestros gobiernos, en un acto de irresponsabilidad, no han querido escuchar, y han liderado la reapertura de actividades no esenciales poniendo en peligro a miles de trabajadoras y trabajadores. La salud pública no puede dejarse en manos de la patronal ni de intereses económicos.

Nos acusan de pedir hoy salud y mañana empleo. No, hoy pedimos salud y empleo, pero empleos que no nos cues- ten la vida. Tenemos muy presente que dos trabajadores, tres meses después, permanecen todavía sepultados en Zaldibar sin que se hayan asumido responsabilidades políticas sobre lo sucedido.

Necesitamos cambios profundos: abandonar las políticas de austeridad, propiciar vidas sostenibles y dar valor y centralidad a la labor de cuidados, reforzar los servicios públicos y el valor de los empleos esenciales, relocalizar nuestra economía frente a la globalización... Solo hay una opción justa y sostenible: avanzar en el camino de una transición social, feminista y ecologista. Para ello, nuestros mejores activos son la movilización social, las alianzas, el trabajo común y la fuerza que pongamos en la calle.

En este Primero de Mayo estamos confinados, y no podemos ocupar las calles, reunirnos y abrazarnos, pero vamos a mostrar aún más determinación y compromiso en la organización de la clase trabajadora para hacer frente a las amenazas y ataques que vendrán, pero también para abrir oportunidades hacia el cambio.

Prepararnos para ello sí está en nuestras manos.

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