Un congreso extraordinario para la lucha de siempre #Landeia

11/01/2019
ELA salió reforzada del XIV Congreso Confederal; en el Congreso Extraordinario demostrará que está en plena forma. Apenas dos años después del último congreso ordinario celebrado en Bilbao, el sindicato ha aprobado la convocatoria de otro congreso, en este caso extraordinario, para afrontar la renovación del Comité Ejecutivo y, dentro de él, la nueva persona que asumirá el cargo de la secretaría general. De INDARBERRITZEN pasamos a INDAR BETEA.

El sindicato salió reforzado de la cita de 2017 en el Euskalduna, y el 5 de abril de 2019 demostrará en el Kursaal que está en plena forma.

  • Como es sabido, en ELA dichas decisiones pueden tomarse mediante un Consejo Nacional (196 personas) o convocando un Congreso Confederal extraordinario (736 personas) en el que se ratifique la lista completa de las doce personas que conformarán el nuevo Comité Ejecutivo.
  • Teniendo en cuenta ambas opciones, el sindicato ha considerado que la sustitución del secretario general tiene una proyección que era preciso tener en cuenta.

ELA cuenta con un un amplio consenso respecto a modelo y estrategia, y en ese sentido esta elección no va a modificar dicha apuesta: como se dice coloquialmente, va a ser taza y media. Pero es igualmente cierto que si las direcciones y en especial la Ejecutiva son refrendadas por la militancia, ello tiene un plus muy importante, en cuanto a legitimación y praxis democrática.

En ELA tenemos muy claro que el Comité Ejecutivo es un equipo, y funciona como tal, pero en el ámbito de la opinión pública la figura de la secretaría general tiene un peso y una proyección importante. Por ello, nos parecía conveniente aprovechar el Congreso para proyectar de puertas afuera nuestra apuesta por la cohesión, la fortaleza y la continuidad del proyecto de ELA.

Sobre la composición general del Comité Ejecutivo

El Comité Nacional considera que siguen vigentes todos los mandatos (expresados en la ponencia y resoluciones) del pasado Congreso Confederal ordinario celebrado en Bilbao en 2017. En este sentido, no procede revisar la línea política de la confederación, pero estamos ante una oportunidad para que el Congreso subraye y recuerde las líneas estratégicas del proyecto de ELA.

Hay cuatro mandatos que se repiten desde el inicio de la crisis:

  • Buscar alternativas a las reformas de la negociación colectiva realizadas por Rajoy y Zapatero. Evidentemente, sin dejar de combatirlas.
  • Revertir las políticas de recortes inauguradas con la crisis –y sostenidas ahora– con las consabidas consecuencias en las condiciones laborales de la función pública y las subcontratas, así como en las políticas sociales.
  • Mantener nuestra negativa a la concertación social, incompatible con la unilateralidad y el autoritarismo neoliberal.
  • Trabajar por un proceso soberanista desde la acumulación de alianzas de izquierda y la activación de una mayoría social.

Y había otros cuatro mandatos también urgentes en una clave más interna:

  • Hacer de la lucha contra la precariedad el centro de nuestra apuesta en la negociación colectiva.
  • Apostar por una política sindical que sitúe la vida en el centro, con todas las consecuencias que esto tiene en términos productivos, reproductivos, de consumo, medioambientales, etc.
  • Dar un salto en términos de equidad de género, impulsando internamente un proceso de cambio organizacional que vaya más allá de un mero plan de igualdad.
  • Dar igualmente un salto en la planificación de nuestras tareas.

El sindicato está absolutamente centrado en estas ocho prioridades, que sirven de base a la hora de proponer la nueva plancha del Comité Ejecutivo.

  • Por una parte, proponer a la secretaría general una persona capaz de liderar un equipo embarcado en semejantes apuestas.
  • Y, por otro lado, sustituir la vacante que deja Txiki en ese equipo con una persona que nos permita reforzar sensiblemente algunas de esos retos expresados en los mandatos citados.

La importancia de lo colectivo

A nadie se les escapa la dificultad del reto que tenemos entre manos, de practicar un sindicalismo de contrapoder y alternativo en la actual coyuntura, y con una tremenda soledad en las alianzas; un soledad, todo sea dicho, no buscada.

Esta es una motivación añadida para algo que es fundamental para nosotros: el trabajo en equipo. Y al elegir una dirección, esas personas deben reunir, al menos, las siguientes condiciones:

  • Competencias para llevar adelante las funciones y y objetivos del sindicato.
  • Complementariedad, es decir, son perfiles diferentes, con aportaciones distintas, pero que conforman una visión más completa, más rica y más representativa del conjunto de la organización.
  • Capacidad de aprendizaje y de abrir vías de innovación en nuestra tarea.

Confianza y capacidad de corrección mutua: no hay trabajo en equipo sin corrección mutua, sin confianza, siempre primando el interés colectivo.