¡Vamos a paralizar TTIP y CETA!

Los papeles conocidos ahora evidencian que la meta principal de la negociación es eliminar, o al menos reducir al máximo, las normativas que protegen nuestros derechos sociales y laborales, nuestro medio ambiente, nuestra salud, nuestra agricultura, en la medida en que suponen un “obstáculo” para quien quiera hacer negocio.
Ante esta nueva filtración la Comisión Europea ataca con su mantra de siempre: dice que estemos tranquilos, que no tienen intención de rebajar las regulaciones que nos protegen. Mientras hablan de transparencia, siguen negociando en perjuicio de los intereses de la mayoría a escondidas y en secreto, al dictado de poderosos lobbies corporativos.
A medida que conocemos más detalles de estas negociaciones secretas resulta más evidente que hay que pararlas ya.
Por suerte, cada vez más gente conoce el TTIP y los riesgos que éste entraña. Con la extensión cada vez mayor del debate público van tomando fuerza, a ambas orillas del Atlántico, las posiciones y movilizaciones que buscan frenar este acuerdo. ¡Estamos en camino de paralizar el TTIP!
Pero no podemos conformarnos con bloquear el TTIP. El año pasado, mientras nos movilizábamos contra aquel tratado, participábamos en la consulta pública sobre el ISDS… la Comisión Europea, de manera igualmente secreta, acordó el acuerdo CETA con Canadá, que tiene un contenido similar y, por tanto, entraña los mismos peligros; lo peor es que, de facto, otorgará a las multinacionales de EEUU los mismos derechos contemplados en el TTIP, ya que bastará con que abran en Canadá una sucursal para disfrutar de todos los privilegios previstos en el CETA.
Por eso es tan importante frenar no solo el TTIP, sino también el CETA.
¡No queremos ni TTIP ni CETA! ¡¡Exigimos que ambos acuerdos se guarden en el cajón!!