Zaldibar: recordar y depurar responsabilidades #Zaldibarargitu

09/02/2022
En el segundo aniversario de que el vertedero de Zaldibar se viniera abajo, ELA ha convocado concentraciones a las puertas de sus sedes para que no se olvide lo que ocurrió el 6 de febrero de 2020 y exigir que se depuren responsabilidades.

Dos años después del derrumbe del vertedero de Zaldibar todavía no se han depurado responsabilidades. Ha quedado claro los intereses de quién está defendiendo el Gobierno Vasco. En vez de aclarar lo ocurrido y reconocer su responsabilidad en este desastre, ha salvaguardado los intereses de la empresa, que puso por encima de la naturaleza y de la vida de las personas la obtención de las mayores ganancias posibles.

Ha quedado demostrado que la empresa Verter Recycling tiene una responsabilidad directa sobre la muerte de dos trabajadores. Aceptan su responsabilidad a cambio de no ingresar en prisión. La empresa se ha comprometido a pagar una indemnización económica a las familias de las víctimas. Las muertes de los trabajadores le salen muy baratas a la patronal.

Pero la responsabilidad de que el vertedero de Zaldibar se venga abajo no se limita a la empresa. De hecho, las administraciones públicas tienen responsabilidad directa en este tipo de infraestructuras: vigilancia y control. En el vertedero de Zaldibar no hicieron lo que tenían que hacer, y por eso tiene especial importancia la depuración de responsabilidades, también políticas.

Aunque las responsabilidades políticas son claras, el Gobierno Vasco no está entre los acusados. El Gobierno Vasco, en lugar de controlar las irregularidades que conocía y hacer cumplir la ley a la empresa, las ocultó una y otra vez hasta que el vertedero se vino abajo.

Asimismo, las políticas medioambientales y de gestión de residuos del Gobierno Vasco defienden los intereses neoliberales y ecocidas de la patronal. Estas políticas no resuelven los problemas urgentes de la clase trabajadora ni dan respuesta a la emergencia ecológica local y mundial.

Es hora de cambiar estas políticas injustas, y hay alternativas. Pero falta voluntad política para poner la vida y la salud por encima de todo lo demás.