A Unai Rementeria le molan los empresarios

09/11/2016
En un acto organizado por la patronal de Bizkaia, CEBEK, el Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria, se ha referido a ELA de la siguiente manera: "Cada vez que escucho a su máximo responsable hablar de gobiernos neoliberales, de protección social, de fiscalidad, de autodeterminación, incluso, del Tren de Alta Velocidad, y no para apoyarlo, me pregunto si no debiera organizar una formación, un partido político y presentarse a unas elecciones".

Esta afirmación suscita muchas reflexiones, pero nos vamos a quedar con dos. La primera, ¿por qué cada vez que el señor Rementeria escucha hablar de esos temas no interpela a la patronal diciendo que organice un partido político? La segunda, ¿por qué se deshace en elogios hacia una patronal que habla exactamente de los mismos temas que ELA, aunque en sentido contrario?

La respuesta es sencilla: Al señor Rementeria no le gusta lo que dice y hace la organización sindical mayoritaria de este país. Sin embargo, le gusta mucho lo que dice y hace la patronal. Eso puede ser normal. Lo que ya no lo es tanto es que, en lugar de debatir sobre argumentos y políticas, se pretenda despachar el tema con talante antidemocrático. ¿Quién es ELA para hablar de eso? Pues ni más ni menos que una organización sindical que defiende un determinado modelo de sociedad, que incorpora una visión del empleo, de las políticas sociales, de la fiscalidad y de otras muchas cosas.

Al Diputado General de Bizkaia le molesta que califiquemos determinadas políticas como neoliberales o thatcherianas. Pues es una pena no querer mirarse al espejo. Tratemos solo dos temas: la fiscalidad y el conflicto de residencias de Bizkaia.

Fiscalidad. El señor Rementeria sabe mejor que nadie que las haciendas vascas han utilizado el Concierto Económico para dar un tratamiento privilegiado a las rentas altas y al capital (como el mismo explicó en una conferencia en Madrid). También sabe que su Diputación no está luchando contra el fraude fiscal de manera adecuada. Basta ver la respuesta dada por su Diputación (junto a las de Gipuzkoa y Araba) al informe elaborado por la UPV, que señalaba que el fraude fiscal en la CAPV ascendía a unos 3.200 millones anuales y que había crecido en los últimos años. ¿Qué dijeron las Diputaciones? Que lo hacían todo bien y que no pensaban cambiar.

Como consecuencia de la política fiscal que se aplica por las Diputaciones Forales, la presión fiscal en la CAPV está muy por debajo de la media europea. En concreto, ello supone casi 6.000 millones de euros al año, es decir, prácticamente el presupuesto que destina el Gobierno Vasco a Sanidad y Educación.

Y qué decir de otra gran aportación que hizo el propio Rementeria en sede patronal: Anunció nuevas desgravaciones fiscales para quienes aporten dinero (más de 2.000 euros) a no se sabe bien qué fondos. Eso sí, las desgravaciones serán mayores para los grandes patrimonios. Menuda innovación política: desgravaciones fiscales al capital. Mal van quienes se enfadan porque se diga que esa política fiscal es neoliberal.

Residencias. Margaret Thatcher es conocida por sus recortes en el ámbito social y por atacar al movimiento sindical y el derecho a huelga. En el conflicto de residencias de Bizkaia el señor Rementeria ha hecho todo lo posible para vulnerar el derecho a huelga: se ha vanagloriado de pedir más servicios mínimos al Gobierno Vasco (que se los ha concedido, llegando en algunos casos al 100%). Se ha atrevido a decir que "la dignidad de las personas mayores está por encima de cualquier derecho a la huelga", y que iba a utilizar los servicios de inspección de la Diputación en materia de residencias para “mantener y garantizar la dignidad de las personas y sus actividades”, es decir, para ir en contra de dicha huelga.

Lo ocurrido en una residencia hace unos días sirve muy bien como resumen. Era un día de huelga, o mejor dicho, una noche. Se presenta la inspección de la Diputación. Había dos personas trabajando para atender a más de 130 personas. La inspección se pone muy solemne y dice: “Esto es intolerable”. La respuesta de las trabajadoras es: “estamos al 100%; es lo habitual”. ¿Recogerá el informe de la inspección que esos ratios de cobertura son intolerables? Mucho nos tememos que no. Para el Diputado General la dignidad de las personas mayores solo se vulnera cuando hay huelga, no cuando la Diputación y las empresas están de acuerdo en que la dotación de personal sea manifiestamente insuficiente. Vulneración del derecho a huelga y desatención estructural a las personas mayores. A lo que habría que añadir que mucha gente en situación de dependencia no tiene acceso a ningún servicio. ¿Qué es esto, sino thatcherismo?

Para acabar, al Diputado General de Bizkaia no le ha gustado que las críticas las hagamos “siempre ante los medios de comunicación y no en una mesa”. Rementeria debería saber que eso no es cierto. Lo que sí es cierto es que la Diputación de Bizkaia no ofrece ningún ámbito de participación para debatir, por ejemplo, las políticas fiscales. También es cierto que antes de las elecciones a las Diputaciones Forales ELA remitió a los partidos políticos una serie de propuestas solicitando una reunión, y que en su caso ni el PNV ni Rementeria quisieron celebrar dicho encuentro. También lo es que ELA no se ha negado a tener encuentros con la Diputación de Bizkaia. Y que cuando nos reunimos en mesas con su partido, el PNV, ELA ha explicado sus posiciones, ha defendido sus posturas con argumentos y lo va a seguir haciendo así. Así que, señor Rementeria, cuando quiera nos sentamos en una mesa. Aunque para eso tendrá que aceptar que ELA puede hablar de cosas tan peligrosas como las señaladas al principio de este artículo.