"Bilateral, pero no de igual a igual"

23/01/2018
Adolfo Muñoz "Txiki"
Bilateral es toda relación entre dos partes, también la guerra entre dos Estados. Mikel Aranburu, consejero de Hacienda de Navarra, dijo hace unos días: “El acuerdo sobre la “aportación” ha sido bilateral pero no de igual a igual”. Aranburu no se suma a ese coro de políticos vascos, muy numeroso, que magnifica el contenido de los acuerdos con España presentándolos como si de relaciones entre iguales se tratara. ELA agradece a Aranburu su honestidad intelectual.

 

Aranburu dijo más cosas sobre temas sobre los que existe un desconocimiento generalizado. Por ejemplo, que el Gobierno de Navarra destinará los 215 millones adicionales al pago de deuda pública. Cumpliría así la Ley de Estabilidad Presupuestaria, y la regla de gasto que aprobaron el PP y el PNV en julio de 2017. El anuncio de Aranburu sobre el destino de ese dinero es también coherente con el acuerdo alcanzado por el propio Gobierno de Nafarroa con el de Rajoy para que se aplicase la regla de gasto.

ELA insiste en que la regla de gasto es una barbaridad que persigue que, sean cuales sean los partidos que estén en cada Gobierno de cualquier administración, todos apliquen la misma política neoliberal. Da lo mismo que dispongas de más ingresos -la recaudación está creciendo-, y que tengas necesidades sociales que cubrir. No podrás destinarlo a gasto social. La regla de gasto, más aún en coyuntura de crecimiento, es brutal.

¿Es posible hablar de autogobierno, hasta de ser soberanos, sin poder decidir cuánto gastas y en qué? No, en absoluto. Por eso, ELA afirma que el acuerdo del PNV con el PP sobre la regla de gasto y su aceptación por el Gobierno Vasco y por el de Navarra supone un ataque al autogobierno. Es obligado recordar que el PP calificó de “patrióticas” estas reformas estructurales porque lograban unificar la política en todo el Estado. Sí, con la regla de gasto, convierten en meros gestores a los partidos de derecha e izquierda que se turnan en las responsabilidades de gobierno. Conclusión: la mera gestión de decisiones ajenas -e incluso muchas veces son acordadas- no va a traer el cambio social.

La izquierda política debería dar centralidad a esta barbaridad exigiendo su inmediata derogación. Lo debería hacer por varias razones. La primera, porque le corresponde explicar a la sociedad que la política neoliberal no es la única posible. La segunda, porque haciendo eso, da referencia y credibilidad a su oposición contra las políticas neoliberales. La tercera, porque sabe que si no se deroga y llega a tener responsabilidades en las instituciones, le dejan sin margen de acción política social. Y la cuarta, porque además provocaría un elemento de contradicción importante a quienes dicen defender el derecho a decidir, una contradicción que hay que socializar: la regla de gasto es antisocial y contraria al autogobierno vasco.

Que la derecha no explique la regla de gasto es normal, es parte esencial de su proyecto basado en la ignorancia social. Que la izquierda no lo haga, sin embargo, es incomprensible. Debe explicarlo, darle centralidad y asumir compromisos con el objetivo de eliminar aquellos límites impuestos durante la crisis y que permanecen vigentes para que las políticas no cambien. Lo debe hacer porque necesitamos políticas sociales y porque es urgente desmontar la propaganda sobre los frutos de la “excelente relación” con el Estado que no hace sino consolidar las políticas “patrióticas” del PP.