INVESTIGACIÓN

Ciencia: menos maratón y más convenio

14/12/2023
Comites de Empresa de Bioaraba, Biobizkaia y Biogipuzkoa (ELA)
La situación de la investigación científica en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia es paradójica: los políticos presumen con orgullo de las investigaciones que se desarrollan aquí, mientras que las y los científicos nos encontramos con serias dificultades y condiciones pésimas para realizarlas. En este contexto, en últimas semanas la maratón de EITB está acaparando muchos medios para recaudar fondos en favor de la investigación. Sin duda, es sumamente importante socializar la importancia de la ciencia y recaudar fondos, pero tan importante es dignificar las condiciones de las personas que realizamos estas investigaciones: lo nuestro sí es una auténtica maratón de resistencia.

Los institutos vascos de investigación sanitaria Bioaraba, Biobizkaia y Biogipuzkoa, junto con la Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitaria (BIOEF), tienen como finalidad promover, desarrollar, gestionar y difundir la investigación y la innovación en el ámbito de las ciencias de la salud dentro de Osakidetza. Ello se consigue gracias a la labor de las personas altamente cualificadas que trabajan en estos institutos, quienes han conseguido poner la investigación del País Vasco en el mapa a nivel mundial.

Sin embargo, las condiciones laborales no son acordes a nuestra labor. Nos encontramos el desprecio del Departamento de Salud del Gobierno Vasco en lo que se refiere a mejorar las condiciones laborales: las personas trabajadoras de Bioaraba, Biobizkaia y Biogipuzkoa somos precarias, con dificultades cotidianas que dificultan nuestra labor. Expondremos varios ejemplos para verlos con mayor claridad.

Por un lado, falta desarrollo profesional a largo plazo y sobra inestabilidad laboral. Vemos nuestro futuro ligado al encadenado de contratos temporales durante años, lo que limita el potencial y las posibilidades de crecimiento profesional. Esta falta de oportunidades deriva, antes o después, en una fuga de cerebros, éxodo que se produce a países extranjeros o hacia el sector privado.

Además, no tenemos convenio colectivo, e incluso se incumple el Estatuto de los Trabajadores. La falta de convenios específicos dificulta enormemente la lucha por los derechos laborales, al no existir criterios específicos que se amolden a las peculiaridades del sector científico. Por ejemplo, en la mayoría de los casos, se evita poner de relieve la carga laboral de este sector para esquivar regularlo correctamente: es más fácil sugerir al trabajador que fiche las horas del contrato (no las horas reales que lleva trabajando), que pactar un modo de compensarlas.

Nos sitúan fuera del sector público. A pesar de depender directamente del Departamento de Salud y de estar financiados en gran medida con fondos y convocatorias públicas, nos consideran como personal de segunda clase. Estamos en un limbo legal, sin las condiciones ni beneficios del sector público. El Gobierno Vasco se acuerda de nosotros y nosotras solo para hacer publicidad.

Los sueldos también son un buen ejemplo de situación de la ciencia en los tres territorios, ya que son notoriamente bajos en relación a la media europea: un trabajador o trabajadora licenciado con un máster cobra unos 19.300 euros brutos al año. Sin embargo, muchas de estas personas están altamente cualificadas. En Biodonostia, por ejemplo, hay 408 personas investigadoras, de las que el 74% están doctoradas, una cualificación que ha sido fruto del esfuerzo no solo intelectual sino también económico. De esas 408 personas 178 (79% mujeres) corresponden a la plantilla laboral de Biogipuzkoa; el resto pueden estar contratadas por otras entidades). Pues bien, muchas de las y los investigadores tiene dificultades económicas significativas.

Además, los incrementos salariales del sector público se aplican (cuando esto ocurre) cuándo y cómo las gerencias de cada instituto deciden en cada caso. En ningún caso se aplica el incremento del IPC. En consecuencia, los precarios sueldos de las plantillas cada vez son más precarios.

Para que la ciencia y la investigación avancen en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa es necesario que se dignifiquen nuestras condiciones de trabajo, porque queremos seguir desarrollando nuestra vocación investigadora aquí, y para ello necesitamos un convenio con medidas adecuadas a la realidad del sector. Con una maratón en EITB no basta, y además desvía la responsabilidad de los poderes públicos hacia las personas que ven la tele en casa. Menos maratón y más convenio.