NUEVO AÑO, MISMA LUCHA

De sindicalismo y personas racializadas

28/12/2023
Katia Henríquez - ELA
Las estadísticas oficiales muestran que el sector del empleo formal ha crecido durante 2023. Lo que no nos cuentan es que ese incremento se sustenta en la mano de obra de origen extranjero. O lo que es lo mismo: que ese crecimiento se basa en las pésimas condiciones de trabajo y las constantes vulneraciones de derechos que sufren los y las trabajadoras, en su mayoría, personas racializadas. ¿Casualidad o causalidad?

Los datos hablan por sí solos. La mayoría de la mano de obra racializada en la CAV y Navarra se ocupa en el sector de la construcción y los servicios: hostelería, comercio, limpieza, reformas, entrega de paquetería, cuidados... es decir, en sectores con condiciones laborales más penosas, con horarios difíciles y que requieren un elevado esfuerzo físico, con rangos de remuneración especialmente baja. Dicho de otra forma, puestos de trabajo que buena parte de la población autóctona se puede permitir rechazar. Esto garantiza y perpetúa la división sexual y racial del trabajo.

Frente a esta realidad queda la organización y la lucha. Lo que ocurrió el 19 de diciembre es una buena muestra de ello. Ese día, la plantilla de la subcontrata del almacén de Eroski en Elorrio (Bizkaia) -plantilla compuesta, en su mayoría, por hombres negros-, alcanzó un acuerdo para aumentar el salario un 23% en 2025. Además, se les reconocerá un descanso diario de 20 minutos, algo que hasta ahora se les negaba, a pesar de tratarse de una actividad que requiere de mucho esfuerzo físico.

Recordamos también el caso de las camareras de piso de los hoteles NH en Bilbao. Las trabajadoras, todas ellas racializadas, cobraban 2,5€ por cada habitación que limpiaban. Pese al miedo a las represalias y a las amenazas de ser despedidas, se atrevieron a plantar cara a quienes, casi con la excusa de hacerles un favor por darles una oportunidad de empleo, las explotaban para después enriquecerse a costa de su fuerza de trabajo y de su salud.

A menudo acuden a los servicios jurídicos de ELA personas migradas que quieren demandar a las empresas por vulnerar sus derechos. En su mayoría son empresas que se dedican a contratar a personas racializadas porque saben que son vulnerables tanto a nivel socio-económico como administrativo y que por tanto, pueden temer reivindicar sus derechos, o incluso desconocer que son sujetos de derecho.

Por esto, cada vez es más necesario el sindicato como herramienta para mejorar las condiciones de vida de las clases más precarizadas. Tenemos que construir y consolidar un sindicado antirracista, donde las luchas por cambiar y mejorar incluyan todo el abanico de diversidad que conforma la población de nuestro país.

Es necesario reconocer y dar valor a estas luchas; visibilizar referentes, dar cuerpo a ese sujeto obrero racializado y migrado que, a menudo, se obvia dentro de la lucha obrera general. No debemos olvidar que sin estos puestos de trabajos precarizados que realizan las personas racializadas, el sistema, directamente, se caería. Es necesario reivindicar y luchar con una visión antirracista y feminista. Sólo así será justa e integradora la lucha.