Empresarios piratas imponen miseria laboral
Son, sobre todo, los ejecutivos de grandes empresas y bancos que diseñan estrategias para que, entre otras cosas, el empleo directo o indirecto en sus empresas sea miserable, inhumano. Nos referimos a empresas como ACS con Florentino, Repsol con Josu Jon Imaz, Kutxabank con Villalabeitia -que quiere llegar a los 500 millones de beneficio para el 2019-, Euskaltel con Sánchez Erauskin, o al propio Gobierno de Gasteiz, que licita a la baja obras públicas a sabiendas de que los convenios colectivos no se aplican y de que las empresas obligan a compañeros y compañeras a trabajar 12 horas al día a cinco euros la hora. Sí, ritmos de trabajo extenuantes y jornadas interminables que suponen un factor de riesgo de accidentes laborales. Esos ejecutivos reciben sueldos, pensiones y bonus millonarios si aumentan los beneficios de los accionistas a costa de imponer miseria laboral. Es la vida real.
En la reunión que ELA mantuvo con Confebask hace unos días volvimos a comprobar lo cómoda que se encuentra la patronal con los Gobiernos. Le dan todo. La reunión sirvió para constatar, una vez más, que no hay margen alguno para trabajar acuerdos con un mínimo de contenido. ¡Ya nos gustaría! Confebask admite, básicamente, que las leyes le han dado más poder, e insiste que esto no tiene marcha atrás. Vamos, que no hay ninguna alternativa a la resignación. Nos piden que aceptemos que esto es así, que es lo que hay y que “gestionemos” lo que queda; es decir, que acompañemos a la patronal y los Gobiernos. Les volvimos a decir que ELA no lo va a hacer.
Confebask dijo que “a ELA se le entiende bien”, pero que no estaba de acuerdo con nosotros; dijo que, gane quien gane las elecciones, no se cambiará la política actual; que las políticas gubernamentales son de ajuste, y que no hay presupuesto -dinero- para eso que llaman “diálogo social” (nunca más devaluado, en opinión de ELA). La patronal, en esta fase, confía sus intereses fundamentalmente al apoyo que obtiene de las leyes y los Gobiernos. Y le va muy bien. A los sindicatos, si se dejan, se les entretiene en Mesas carentes de cualquier contenido para dar la sensación de que la cosa funciona igual de bien para todos y todas. Tan segura y cómoda está la patronal que exige más. La CEOE, a la que Confebask pertenece, ha vuelto a pedir que tras las próximas elecciones se haga otra reforma laboral para abaratar el despido y modificar de nuevo la negociación colectiva. Insaciables. Nos consta que en Madrid, en despachos de abogados que trabajan para la patronal, se está trabajando una próxima reforma.
Un ejemplo de la inexistencia de margen para acuerdos con contenidos: En la reunión con Confebask hablamos de la ILP que ELA presentó en el Parlamento de Gasteiz. Les contamos qué objetivos pretende ELA con ella. Les dijimos que nos consta que hay empresas vascas que están de acuerdo con lo que se plantea en la ILP; empresas que quieren unas reglas mínimas con las que actuar, posiblemente porque ven cómo empresas multinacionales (españolas) se quedan con las obras tirando precios. Les hablamos de la existencia de empresarios piratas (por ejemplo, las empresas de Florentino), que crean una cadena de subcontratas para imponer condiciones miserables de trabajo. Piratas dispuestos a destruir lo que sea necesario, que no pagan impuestos aquí, y que ponen la proa para que el resto de empresarios les imiten en sus prácticas. Si un empresario paga 10 y su competidor 5… en un mundo sin reglas que cumplir ¿cuál es la reacción que se espera de quien paga más? Quien desregula con el eufemismo de “favorecer la competencia” sabe perfectamente que la miseria laboral se extiende. Pues bien, sobre este tema Confebask nos dijo que la subrogación laboral que se recoge en la ILP de ELA es “un disparate”. Y sobre estas denuncias que reiteradamente viene haciendo ELA, el Gobierno Vasco hace oídos sordos: se sigue licitando a la baja, primando el “barato-barato” y “rápido-rápido”. Gobiernos y patronal comparten que nada se debe regular; comparten que los paganos de los recortes presupuestarios y de la codicia empresarial seamos los trabajadores y trabajadoras. Esta es la cruda realidad que no cuentan los medios de comunicación públicos.
¿Cuándo cambiará la patronal? En nuestra opinión, cuando deje de contar con el apoyo sin matices de los gobiernos, o cuando se encuentre con una relación de fuerzas sindical con capacidad para hacerse respetar. No vemos más opciones. La primera, la de los gobiernos, la vemos hoy por hoy muy distante. ELA, no obstante, trabaja para que se puedan lograr las dos cosas: para, sin resignación, influir en los Gobiernos al margen de Mesas de Diálogo Social que no sirven para nada y, cómo no, para dar centralidad en el sindicato a la labor organizativa que nos permita ser más fuertes. Nos parece obvio constatar que para los Gobiernos, con las políticas de ajuste que aplican, su última preocupación real es hacer frente a este tipo de problemas. El trabajo digno es solo una frase bonita para la propaganda gubernamental que amplifican los medios públicos que el Gobierno controla. En ningún caso es su prioridad.
A las personas débiles -los trabajadores y trabajadoras uno a uno lo somos- nos queda la fuerza colectiva que nos da el sindicato. Nunca los salarios han representado menos que ahora en el reparto de la riqueza; nunca las nuevas contrataciones han sido más miserables; y nunca las rentas altas, de capital y empresariales han pagado menos impuestos que en la actualidad. El nuevo diputado de Hacienda de Gipuzkoa ha dicho en una reciente entrevista “Debemos ayudar a las empresas desde la fiscalidad con todas las herramientas que estén en nuestra mano”. ¡Faltaría más! Se oculta, por supuesto, que las empresas vascas pagan menos impuestos que en el resto del estado porque existen unas normativas repletas de exenciones, subvenciones y bonificaciones para que no paguen impuestos.
Sí, los piratas son la punta de lanza para generalizar la miseria laboral y la explotación. ELA va a seguir trabajando, dando valor al sindicalismo, para dar la vuelta a esta situación. No aceptamos que no exista alternativa a la generalización de injusticias que se nos ofrece. Y nuestro trabajo se va a notar; de eso tampoco tenemos duda.