Explicaciones que no explican (Astekaria 137, opinion)
Lo he leído en el artículo editorial de una publicación económica sobre la conflictividad en la negociación de los convenios colectivos: "muchos empresarios sienten que las empresas se han convertido en el campo de batalla de las disputas de poder entre PNV y ELA". No es la primera vez que se sugieren este tipo de explicaciones "políticas" a los conflictos laborales. De hecho, parece que la explicación del "pulso político de ELA" circula en algunos batzokis como razón de fondo de los conflictos que se mantienen en algunas contratas de servicios públicos, como las del Consorcio de Aguas, la residencia de Erandio o la limpieza de edificios públicos de Basauri.
Se entiende que analistas y comentaristas sean aficionados a interpretaciones "políticas", que sugieren que quien las da está en el intríngulis de las cosas y lucen más que explicaciones más llanas y prosaicas: por ejemplo, la de que la gente se pone en huelga porque quiere cobrar un salario que le llegue hasta fin de mes y tener el mismo trato de quienes hacen trabajo similar. Para los sesudos analistas explicaciones tan ordinarias no dan el nivel porque, como escribió Bertolt Brecht, "para los de arriba, hablar de comida es bajo, y se comprende, porque ya han comido".
La explicaciones "políticas" vienen además muy bien como pantalla tras la que los responsables últimos de los conflictos planteados por el personal de servicios públicos subcontratados ocultan su propia responsabilidad. En cualquier caso, el intento de despistar a la gente hablando de maniobras políticas tiene corto recorrido, ya que, como me decía una persona tras la manifestación de solidaridad con las trabajadoras de limpieza de Basauri, "si me tienen trabajando por cien mil pelas al mes no voy a estar mirando de qué partido es el alcalde para montar la bronca".
Harían bien por ello los gestores políticos implicados en dejar de inventar conflictos que no existen y abordar los contenidos concretos de los que tienen ante sus narices. Abandonando la prepotencia y la tranquilidad que da el saber que tiran con pólvora ajena, mientras siguen cobrando puntualmente sueldos espléndidos, amén de otras canonjías.
GK