Fascismo: Ecos del pasado

25/06/2018
Adolfo Muñoz "Txiki", secretario general
El fascismo no tiene complejos. Con él o te enfrentas de forma radical o terminas haciendo lo que quiere. Hay que escuchar los ecos del pasado. El fascismo manipula los más bajos instintos. Lo hace cuando alimenta una reacción contra las personas inmigrantes pobres que piden asilo, que huyen del cambio climático, del hambre... El fascismo ve todo eso como una oportunidad.

El fascismo se refuerza enfrentando a pobres contra pobres y se vale, para ello, de las políticas de ajuste que practican gobiernos de todo signo político: Grecia, Italia, Estado español... Los gobiernos europeos han hecho eso mismo durante la crisis: enfrentar a pobres contra pobres. Trabajo digno contra miserable, fijos contra eventuales, empleados públicos contra privados, hombres contra mujeres, y todos y todas contra las personas inmigrantes pobres. Debe subrayarse la característica de pobre. Se excluye y estigmatiza a las personas pobres al mismo tiempo que todas las políticas de los gobiernos, también las vascas, aumentan la desigualdad y la pobreza. Hay que recordar que las políticas de ajuste castigan a las personas desfavorecidas, bien sean autóctonas o venidas de fuera.

Los gobiernos apelan a la seguridad (¿?). La justicia social y la solidaridad no aparecen ni por casualidad. Trump construye un muro en tierra y la UE se aprovecha de uno natural, el mar que se traga a miles de personas. Y la clase política dirigente hace propaganda para hacernos creer que resolviendo lo del barco “Aquarius” se resuelve todo. El problema es muchísimo más grave y complejo.

Italia, Hungría, Polonia, Chequia, Austria, parte del Gobierno alemán... ponen en cuestión todo. “Carne humana” ha llegado a decir el ministro de interior italiano Salvini, un neofascista. Y los líderes de la UE plantean que la inmigración se frene en África creando centros de internamiento (CIE). No importa, siquiera, que no cumplan los más elementales derechos humanos.

A la vez que sucede todo esto un comisario de la UE decía hace poco más de un mes ante las dificultades para formar Gobierno en Italia que “los mercados enseñarán a los italianos qué es lo que deben votar”. El comisario europeo Dimitri Avramópulos ha defendido hace pocos días que no se debe analizar lo que hace Salvini (negar el asilo) como si fuera“una cuestión legal o no”. Legales y de obligado cumplimiento son los ajustes que causan miseria. El derecho de asilo, no. Y por otro lado, el embajador de EEUU -delegado de Trump- en Alemania ha dicho“quiero reforzar incondicionalmente a otros conservadores en toda Europa”. Reforzar a la extrema derecha. Antes estas cosas las hacían los servicios secretos y no las contaban.

¡Cuidado! La extrema derecha gobierna en varios países y trabaja en coalición. Una foto no vista desde la II Guerra Mundial. La verdad es que si sumas todo (crisis migratoria, xenofobia, políticas de ajustes que provocan más desigualdad y auge de la extrema derecha) se puede concluir que algunos han estado preparando desde hace tiempo un nuevo golpe reaccionario en la política. Y la Troika es parte de esa estrategia.

Ongi etorri errefuxiatuak!