La última del juez Garzón

21/10/2002
El último auto de Garzón, ése en el que habla de limpieza étnica de baja intensidad y oscuras maquinaciones de los nacionalistas para que las criaturas nacidas en maternidades de pueblos con escaso pedigrí euskaldun no tengan que cargar de por vida con tal estigma, sería motivo de risa si no fuera porque: 1) En nuestro país hay un número importante de conciudadanos y conciudadanas que, por su compromiso político o ideológico o su resistencia a la extorsión, son objeto de amenaza en sus personas y bienes. El que de tal realidad no se pueda deducir un plan de limpieza étnica no le quita un ápice de gravedad. 2) Quien ha dictado el delirante auto es un señor con poder para encarcelar gente, suspender partidos políticos, cerrar periódicos y emisoras de radio, prohibir manifestaciones, clausurar establecimientos de todo tipo y lo que me temo que nos queda por ver. 3) La asunción por un auto judicial de la idea de limpieza étnica valdrá –está valiendo ya– para dar apariencia de rigor jurídico a uno de los eslóganes de la macrocampaña iniciada con el “espíritu de Ermua”, que dura y dura y dura... 4) Los aparatos de propaganda se encargan de extender al conjunto de las fuerzas abertzales y a las instituciones gobernadas por éstas una acusación tan terrible. Para abrir boca, Aznar ha empezado a hablar de que la propuesta de Ibarretxe supondrá la “balcanización”. 5) Se prepara el terreno para presentar cualquier referéndum o consulta a la ciudadanía vasca como un acto agresivo contra el que el estado tendrá que actuar por todos los medios en defensa de la parte de la sociedad amenazada por la “limpieza étnica”. 6) Los resultados de cualquier consulta carecerán de legitimidad porque serán fruto de un censo previamente depurado. 7) Lo que ETA haga o deje de hacer pierde relevancia en un escenario en el que el antiterrorismo ha sido sustituido por la cruzada contra el genocidio. ETC.ETC. Muchos creen que el juez Garzón está loco. Lo malo es que mientras siga siendo tan útil para los planes del Pacto por la Libertades y contra el Terrorismo, que no son otros que los de la “gran España”, no le van a encerrar. HI