Las instituciones deben garantizar el derecho a vivir en euskera

En el siglo XXI, en Euskal Herria las personas vasco-parlantes no tenemos derecho a vivir ni a trabajar en euskera y en nuestro día a día nos vemos obligadas a hablar en castellano en muchos espacios, también en los centros de trabajo. Esta situación es consecuencia de la opresión institucional que ha impuesto la hegemonía del castellano en Hego Euskal Herria y ha marginado el euskera, condenando a miles de ciudadanos y ciudadanas a desconocer el euskera.

En esta sociedad neoliberal actual, además, todos los espacios de socialización están atravesados por las leyes del mercado (redes sociales, ocio, cultura, comercio…) y, en consecuencia, las lenguas hegemónicas que pueden generar ingresos económicos aumentan su opresión y reafirman la hegemonía del castellano.

Sobre todo lo descrito de ha construido una ofensiva judicial, política, mediática y sindical que tiene como objetivo perpetuar la hegemonía del castellano y arrinconar el euskera. Las instituciones de Hego Euskal Herria están condicionando estos ataques y los partidos abertzales asumen las limitaciones impuestas por el PSOE.

La euskarafobia del PSOE no es un problema para formar o compartir gobiernos con él. Así ha sucedido con la futura Ley de Educación de la CAPV, que permitirá seguir generando estudiantes castellano hablantes monolingües, o con el Decreto de Méritos que hace que en los dos tercios de Navarra y en la administración central tengan más importancia el inglés o el alemán en el acceso a las administraciones que el euskera. Estas decisiones han sido consensuadas con el PSOE o no han sido un obstáculo para llegar a acuerdos con él.

ELA exige coraje y coherencia a las instituciones para garantizar el derecho humano fundamental a vivir en euskera. Medidas eficaces para universalizar el conocimiento del euskera son imprescindibles y urgentes. También las infraestructuras y los espacios para poder utilizar el euskera con naturalidad, en lugar de hacerlo a contracorriente.

Como sindicato, ELA considera que es necesario establecer que se reconozca el aprendizaje del euskera como un derecho laboral básico para que el castellano no sea la única lengua de conocimiento obligatorio y se creen las condiciones para el conocimiento del euskera.

ELA seguirá trabajando después del 3 de diciembre, tal y como se acordó en el metal de Gipuzkoa o en las residencias de mayores de Bizkaia, para que a través de la negociación colectiva se fomenten los Planes de Euskera en los centros de trabajo.

Por último, ELA confirma su adhesión a la manifestación convocada por Euskal Herrian Euskaraz el próximo 7 de diciembre en Durango y llama a la militancia a participar en la misma.