LGTBI+ FOBIA: Otra pandemia a erradicar

13/05/2020
Jone Bengoetxea, responsable de Área de Igualdad
No paramos de escuchar que no queremos volver a la normalidad previa a la pandemia provocada por la Covid-19. Mientras, el estado de alarma y excepcionalidad continúa, y ya van dos meses desde que nuestras vidas se confinaron entre las cuatro paredes de nuestras casas y la/s supuestas normalidade/s del día a día se pusieron patas arriba.

El sistema ya era anómalo en términos medioambientales, en nortes y sures globales cada vez más desiguales, en migraciones y destierros planetarios forzados, en un sistema de clases y castas que nos sigue clasificando y jerarquizando como especie humana además de un estricto orden de género.

Ahora bien, otra pandemia aún no erradicada sigue vigente en nuestros días: la LGBTI+ fobia y todas sus terrribles consecuencias. Este 17 de mayo señalamos el Día Internacional contra su Erradicación, pero sabemos que se necesita un continun de lucha constante.

Desde el mundo del trabajo y desde ELA no escapamos a estas realidades y nos hacemos eco de sus consecuencias en el mercado laboral formal y no formal.

El virus no ataca a todo el mundo por igual, y tampoco lo hace dentro de la clase trabajadora. Algunas fuentes apuntan a que dentro del colectivo LGBTI+ un 30% han perdido su trabajo, algunes de manera temporal y otres de forma definitiva. Se destaca la precariedad dentro del colectivo, en especial el de las personas trans con un 80% de paro, especialmente flagrante en el caso de las mujeres. Señalar también la casi inexistente praxis en materia de negociación colectiva en lo que respecta a la denuncia de la discriminación y acoso LGBTIfóbico en los centros de trabajo.

Se añade a todo ello el aumento de la violencia de manera exponencial en casos como el de muchas personas jóvenes y no tan jóvenes obligadas a estar confinadas con sus familiares que en muchos casos no aceptan su opción sexual y/o identidad de género. O casos de aislamiento social de personas con VIH, trabajadoras sexuales, víctimas de trata y muchas mujeres trans que son rechazadas en los centros de acogida de mujeres debido a su identidad de género.

El sindicalismo, tanto aquí como más allá de nuestras fronteras, sigue en deuda con la lucha LGBTI+. Sin embargo, merece la pena señalar que en Euskal Herria celebramos las alianzas que se vienen tejiendo en el último año denunciando el lavado de imagen rosa-pinkwashing- y la capitalización por parte de gobiernos, empresas e instituciones de las luchas logros y reivindicaciones del colectivo históricamente estimagtizado y reprimido.

La Plataforma Transmaribibollo de las Euskal Herrias HARRO! convocó una manifestación el 21 de septiembre pasado bajo el lema `Harro ez da €uropride, gure izenean ez´ rescatando el espíritu de la revuelta de Stonewall y las raíces anticapitalistas y antifascistas del movimiento sonaron fuerte de nuevo. Asimismo, la plataforma estuvo presente también en la huelga general del pasado 30 de enero a favor del trabajo, las pensiones y las vida dignas.

Urgen este tipo de alianzas políticas y confianzas mutuas porque el mundo no solo necesita una vacuna contra el coronavirus: la LGBTIfobia sigue siendo una pandemia a erradicar.