Los tres cerditos en el Sahara
Entonces me ha venido a la mente el cuento de los tres terditos, pero en este caso, ver las casas de ladrillo produce más bien pena. Las Jaimas simbolizan lo provisional, a fin de cuentas, eran levantadas con el afán y la esperanza de volver pronto a casa. Sin embargo, los ladrillos generan desasosiego y desesperanza, son el símbolo y la constatación de una tardía vuelta a casa.
Mañana dará comienzo el seminario. Además de denunciar la traición del Gobierno español, trataré de infundir esperanza.
Al igual que el Sahara, todos los pueblos que han sido oprimidos dependen de decisiones ajenas a su voluntad, decisiones que responden a los intereses de los más poderosos. Pero eso no quiere decir que no se pueda luchar, porque para alcanzar la libertad, primero se deben construir los cimientos. Como decía un líder y compañero del sindicato, si el tren de la libertad se detiene en tu estación, te tiene que encontrar dispuesto a subir.
Viendo las condiciones en las que se encuentran en el campamento, el pueblo saharaui se merece que el tren pase pronto por su estación. Espero volver a ver a los cerditos trabajadores colocando Jaimas, señal de su regreso a casa.