Pre-supuestos
El Lehendakari Imanol Pradales dirá que son los presupuestos más altos de la historia. Un clásico de los últimos años y que, ojo, dice la verdad. Los presupuestos en valores absolutos van aumentando año a año. Pero en términos relativos, el presupuesto sigue estancado desde hace mucho tiempo. Por poner un ejemplo: los salarios llevan años subiendo en términos absolutos, pero ¿esto implica que la clase trabajadora haya ganado poder adquisitivo? No. Pues lo mismo con los presupuestos.
Otra de las manifestaciones típicas de estas fechas es la de que 3 de 4 euros del presupuesto se dedican al gasto social. Buenísimo argumento, la verdad. Pero esto es así porque las competencias que tiene el Gobierno Vasco son, principalmente, las vinculadas al gasto social. Entre salud y educación se llevan el 60% del presupuesto. Malo sería que se dedicara menos.
Y son precisamente los gastos en salud y educación las que suelen acaparar los titulares. Suben año a año, como el presupuesto. La trampa que utiliza el Gobierno Vasco es comparar el presupuesto de 2026 con el de 2025 (no con el cierre de 2025) y esto suele significar un incremento de las partidas. Pero la realidad es que no suben, incluso a veces bajan, si analizamos el peso que ambas tienen sobre el propio presupuesto o sobre el PIB.
“La inversión pública superará los 2.000 millones de euros” también es recurrente. Toda una declaración de intenciones y un firme compromiso con la prosperidad económica del territorio. Que las inversiones se lleven a cabo y en qué se invierte ya es otra cosa. Dentro de este apartado suele recobrar importancia la inversión en I+D+i, que seguramente se incremente entre un 5 y un 10%, dependiendo de los cálculos del ordenador cuántico.
El proyecto de presupuestos es uno de los ejercicios legislativos más importantes del año, ya que afecta a sectores clave como la educación, la sanidad y el bienestar. Cada asignación presupuestaria impacta directamente en la vida de todos y todas. Por eso hay que darles la importancia que tienen.
La propaganda no terminará el martes, si no que veremos durante los días posteriores que se perpetúa departamento a departamento. Todo un despliegue.
Lo que no dice la propaganda es que, a pesar de que sean los presupuestos más altos de la historia, los servicios públicos y las prestaciones sociales se están deteriorando. Que hay más de 100.000 personas esperando a una vivienda en Etxebide. Que la sanidad y la educación, por muchas mesas que se pongan en marcha para tirar balones fuera, tienen una infra-financiación estructural comparando con otros países del entorno. Que el sistema de cuidados se está convirtiendo en un lujo perverso. O que las prestaciones sociales no están sacando a las personas de la pobreza. O que el Gobierno Vasco se niega a complementar las pensiones mínimas con el salario mínimo y perpetúa la brecha de género de la forma más anti-democrática posible.
Lo que no dice la propaganda es que las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras públicos son decididos en Madrid sin rechistar, como si el Gobierno Vasco fuese una franquicia más. Y las condiciones laborales de las personas trabajadoras del Gobierno vasco funcionarias son fundamentales para garantizar unos servicios públicos de calidad.
Tampoco dice el Gobierno Vasco que los presupuestos se financian con los impuestos y que estos son sufragados en su mayoría por la clase trabajadora a través del IRPF y el IVA, mientras las empresas aportan cada vez menos a la recaudación.
Detrás de la propaganda está la realidad: y en economía, más importante que lo absoluto es lo relativo. Veremos el martes cuantos de estos pre-supuestos se cumplen.