Que no pase desapercibida esta victoria feminista

27/06/2019
ELA Política de Género
El acuerdo cerrado con la empresa Garbialdi -subcontrata del Gobierno Vasco- pone fin a nueve meses de huelga de las trabajadoras del servicio de limpieza de comisarías y juzgados de Gipuzkoa. Se ha conseguido reducir la brecha salarial en un 70%, así como el reconocimiento de un plus al efecto del 20% del salario total por la realización de tareas tóxico-penosas.

En este punto queremos denunciar que, por un lado, el Gobierno vasco publica informes respecto a la brecha salarial o muestra su aparente preocupación ante tamaño problema; por otro, sin embargo, es el mismo ente institucional el que, con su política de subcontratación de servicios públicos, perpetúa la propia brecha salarial entre mujeres y hombres.

Ésta ha sido una lucha de clase y feminista con no pocas complicaciones. 280 días de huelga con servicios mínimos abusivos y órdenes de limpieza extraordinarias, en un claro ataque contra el derecho a la huelga. Han sido necesarias serias dosis de sororidad, compañerismo, organización y caja de resistencia; si no, luchas tan duras como ésta no serían solo duras, sino simplemente insoportables.

Se trata de un gran paso en la erradicación de la brecha salarial en un sector como la limpieza, donde la diferencia de salarios entre puestos o trabajos equivalentes es nítida y abre caminos de equiparación irrenunciables. Aunque queda un gran trecho por recorrer, se acorta la diferencia salarial entre las trabajadoras de los juzgados y comisarías de Gipuzkoa con respecto a los trabajadores de la limpieza viaria. Contamos, por tanto, con un claro ejemplo de libro en donde se hace efectivo el principio de “a trabajo de igual valor, igual retribución”.

De esta manera queremos resaltar el hecho de que no es baladí el hecho de que la brecha salarial se haya convertido en elemento central de la negociación de este conflicto. Es más, esperemos que cree precedente, y para ELA va a ser una prioridad central en su estrategia de la negociación colectiva.

La brecha salarial es una reivindicación laboral de primer orden, pero además, queremos resaltar la importancia y relevancia feminista que conlleva este acuerdo, que incide directamente en las condiciones materiales y de vida de muchas mujeres que han peleado hasta el final a pesar de incesantes trabas en el camino.

Si se decretan como servicios esenciales los servicios de limpieza y, a partir de esa consideración, se decretan los servicios mínimos que se dictan, ¿por qué se mantienen esas condiciones de trabajo tan precarias y se impide que las mujeres puedan hacer huelga?

Ojalá hubiera llegado antes la victoria, pero por desgracia, las huelgas laborales feministas cada vez se alargan más. Cada vez son huelgas más políticas porque las administraciones públicas quieren eludir su responsabilidad en los servicios que subcontratan. Abaratar costes a costa de las condiciones de trabajo y de vida de las mujeres que trabajan, sobre todo en los sectores feminizados precarizados, es una constante.

Por todo ello queremos reconocer el valor y el carácter feminista de estas huelgas. Además de la organización y del arduo trabajo sindical, no queremos olvidar que estas luchas son de todas y para toda la sociedad.

Nos seguiremos viendo en las calles.

GORA BORROKA SINDIKAL FEMINISTA!