HUELGA SERVICIOS PÚBLICOS

Servicios públicos: hemos ganado un set; ¡vamos a por el partido!

14/12/2023
Igor Eizagirre - Gizalan
El próximo martes 19 de diciembre, el personal de los servicios públicos realizará otra jornada de huelga convocada por ELA y por el 85% de la representación sindical, como continuación de las huelgas del 24 de octubre en Educación y del día 25 en todo el sector público. Después vino la huelga feminista general del 30 de noviembre, que también fue una jornada de paros y movilización en este sector.

A los tertulianos de siempre les parecen muchos días de huelga, y dicen sin tapujos que las huelgas no sirven para nada, en un intento de desmovilizar a las miles de personas que secundan las movilizaciones.

Y sin embargo, realidades que parecían inamovibles durante más de una década, en pocas semanas se mueven... ¿Será casualidad que se muevan precisamente tras las huelgas en las que más de 30.000 personas salen a la calle?

Una de las reivindicaciones de la huelga, que es un sentir mayoritario de la sociedad vasca, es la necesidad de reforzar los servicios públicos: supone una rémora que el empleo y sus condiciones laborales se decidan en Madrid. Por eso exigimos decidir aquí nuestros servicios públicos, según nuestras necesidades en materia de empleo y condiciones laborales, para cambiar una foto de una temporalidad superior al 40% y una pérdida de poder adquisitivo del 20%. Para lograrlo solo necesitábamos voluntad política. 

Ante ello, muchas voces del Gobierno Vasco (Garamendi, Zubiria, Erkoreka...), incluido el propio lehendakari, reiteraban una y otra vez que esa competencia era de Madrid. Pero iban más allá, llegando a afirmar que los sindicatos sabíamos que la competencia en salarios y empleo era de Madrid, que les estábamos pidiendo algo a sabiendas de que era imposible e ilegal , y que con estas reivindicaciones solo buscábamos su desgaste político.

Pues bien,  el 10 de noviembre llega el acuerdo de investidura del PNV con el PSOE, que dice literalmente: “(...) Con respeto a la autonomía financiera que ejercen las instituciones de los territorios forales, se podrán consensuar en el seno de las Comisiones Mixtas del Concierto y Convenio, las tasas de reposición de la oferta de empleo público de nuevo ingreso a los sectores, funciones y categorías profesionales que se consideren absolutamente prioritarios, y los máximos globales al incremento de la masa retributiva de los empleados públicos”. Es decir: recoge la posibilidad de negociar aquí las tasas de reposición de empleo y los aumentos salariales de las y los trabajadores públicos vascos.

Con voluntad política, lo que era imposible e ilegal se vuelve posible y legal. A los pocos días del acuerdo, preguntamos al viceconsejero de Función Pública. ¿Por qué lo que en diez años ha sido imposible ahora parece que va a ser posible ? Su respuesta no pudo ser más clarificadora: “Antes no era una prioridad y ahora sí”. Es evidente que el factor que ha convertido en prioridad lo que no era han sido las movilizaciones y las huelgas.

Por tanto, ante la pregunta de por qué tengo que salir a la huelga el próximo martes, la única respuesta posible es que el acuerdo abre una puerta y que esa puerta se ha abierto, precisamente, gracias a la huelga.

Ciertamente, el texto citado antes es inconcreto, no garantiza nada y mantiene el veto de Madrid. Pero ahora es el momento para que esa puerta se abra del todo. Ahora es el momento de garantizar que en los presupuestos que deben negociar y acordar los partidos políticos se eliminen los límites y vetos del Estado, se mejore ese texto hoy pactado y se haga realidad que los servicios públicos se deciden aquí, con las siguientes reivindicaciones: 10% de subida salarial y compromiso de recuperación de la deuda contraída; cerrar la puerta a las privatizaciones y acordar  planes de publificación; creación y estabilización del empleo público, rebajando la temporalidad al 8%; aliviar las cargas de trabajo, garantizando la salud de las plantillas; políticas feministas, acordando planes reales y eficaces de igualdad; administraciones y plantillas euskaldunizadas, sin fraudes; reducción de jornada, hacia la semana laboral de las 32 horas.

Se ha abierto una puerta; ahora es el momento, el martes es la huelga. Hay camino.