Urkullu nos desprecia

29/07/2016
No sería necesario blindar nada si la patronal, CCOO y UGT no hicieran uso de la reforma de Zapatero para impedirnos negociar. Los acuerdos de la mal llamada “Mesa de Diálogo Social” ni blindan, ni pretenden blindar la negociación colectiva vasca.

En Madrid, esas organizaciones firman convenios estatales como el de Restauración que establece salarios un 50% inferiores a los del convenio de Bizkaia. Pues bien, son los autores de la estatalización los que firman con Urkullu.

El Acuerdo Interprofesional (A.I.) para dar prioridad a la negociación colectiva vasca no fue posible, no porque ELA no lo deseara, sino porque Confebask exigía “paz social” para sacar el máximo provecho a las reformas. ELA les dijo que no. Se olvida, además, el desplante que Confebask dio en julio de 2013 a la propuesta de A.I. hecha por Urkullu. La patronal planteó “la apertura de nuevos ámbitos negociales así como la recuperación de los que hubieran podido perder su vigencia en ningún caso serán objeto de conflicto...”. Inaceptable para ELA. ¿Cómo hacer frente a la precariedad renunciando al conflicto? Aquel desplante no afectó a las relaciones privilegiadas del Gobierno con Confebask.

¿Y qué hacen CCOO y UGT en los sectores? Analicemos los hechos. En el ámbito del comercio ELA firmó un Acuerdo Marco Sectorial (A.M.S) para garantizar la aplicación de los convenios del comercio de la CAPV frente a los estatales. Pues bien, en una mesa del comercio estatal posterior a aquel acuerdo CCOO dijo: “Ya sabéis a qué hemos venido aquí, a hacer un acuerdo estatal para cargarnos el A.M.S vasco”. Sí, Lehendakari, su Gobierno legitima a quienes boicotean las decisiones vascas. Ni los firmantes, ni el CRL hablan de todo esto. Nada debe alterar el guión compartido para culpar a ELA de todo.

El Gobierno Vasco no dice la verdad al afirmar que el PNV votó contra la reforma laboral. La de Zapatero, que trajo la estatalización de la negociación colectiva, vio la luz gracias a la abstención del PNV. No les importó. Votaron contra la del PP cuando sus votos entonces no eran necesarios.

No dar valor a todo esto y obviar los duros efectos de las reformas, el bloqueo y chantaje patronal, la extensión de la miseria laboral y plantear como alternativa, como recoge el Acuerdo firmado, hacer acuerdos con la minoría que elija el empresario (del 49%, del 25%, del 10% o del 5%) no supone freno alguno a la estatalización y a la precariedad. Al contrario, las favorece.

ELA saca conclusiones de la actuación del Gobierno Vasco. ¿Qué hay tras el desprecio a las mayorías sindicales? En opinión de ELA, la voluntad del Lehendakari de sancionar al sindicalismo reivindicativo, que no tolera. En septiembre de 2014 el Gobierno presentó un Documento en el que decía que los sindicatos teníamos una “cuota de responsabilidad indeclinable”: hacer nuestro el modelo de sociedad que imponen los Gobiernos. Un modelo que aumenta las desigualdades sociales. Pues bien, el desprecio a las mayorías sindicales vascas tiene que ver con lo recogido en aquel Documento. El Gobierno decía que los agentes sociales que se posicionen contra “su” modelo de sociedad debían ser “denunciados”. ¿Qué sanción se plantea ahora? Quieren negar eficacia a las mayorías democráticas (objetivo compartido con Confebask para destruir las identidades colectivas que combaten el neoliberalismo) y, tal como aparecía en el citado documento, financiar con dinero público a los sindicatos (y la patronal) que apoyan sus políticas. Estas decisiones -gravísimas- las lidera el propio Lehendakari y concretan su intolerancia y rechazo a todo aquello que no represente los intereses del poder económico. No toleran la autonomía sindical y social.

Llueve sobre mojado. Confebask pretendió eliminar la condición de sindicatos a ELA y LAB. Su propuesta no prosperó pero quedó clara su intención: eliminar obstáculos sindicales. Ahora es el Gobierno de Urkullu el que plantea que sea la patronal, el empresario, o el propio Gobierno quien elija, sin “obstáculos” democráticos, al interlocutor más dócil y barato posible, a quien les de la gana. El Gobierno y la patronal saben que la exigencia de reglas democráticas constriñe la unilateralidad empresarial y encarece los acuerdos a la patronal y a los gobiernos. No es un debate técnico, es un debate político. ¿Quién elige la representación sindical para negociar y acordar, los y las trabajadoras o la patronal y el Gobierno? En el “modelo vasco” de Urkullu no seríamos los y las trabajadoras.

La posición de Urkullu es coherente con el apoyo político y económico a Confebask. Es coherente con la apuesta de su Gobierno por aumentar la precariedad y favorecer una fiscalidad que beneficia a las rentas empresariales (que pagan entre poco y nada). ¿Cómo cuadran los Presupuestos? Recortando en sanidad, educación, prestaciones sociales y licitando a la baja, imponiendo miseria laboral en muchas subcontratas, utilizando los convenios estatales para empeorar las condiciones de trabajo... No quieren evitar el “empeoramiento” de las condiciones de trabajo; basta recordar, la negativa del PNV a la ILP presentada por ELA para impedir el deterioro laboral en la subcontratación pública. Nos despreciaron; al sindicato, a las 110.000 personas que la avalaban y a los y las trabajadoras afectadas. Tras votar en contra nos dijeron que “la ILP podía haber sido mucho mejor, pero que a nosotros no nos lo iban a dar”. Impresionante. O basta percatarse, que hacen falta 41 días de huelga para acabar con la miseria laboral en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, mientras la dirección del Patronato (Gobierno, Diputación y Ayuntamiento de Bilbao) se mostraba impasible con quienes sufren salarios de miseria. O las huelgas en TMB, Residencias de Bizkaia, Trápaga, Carreteras en Gipuzkoa… A ellos no les afectan.

Quizás por todo esto el Lehendakari no se reúne con ELA. Contestó que no le gustan las críticas del sindicato a sus políticas. Su Gobierno habla y acuerda con Confebask y con un sindicalismo que, atado a los presupuestos públicos, apoya sus políticas. La necesidad de financiación pública de CCOO y UGT explica el segundo Acuerdo firmado en la Mesa de Diálogo Social. Sí, de ese acuerdo se desprende una financiación pública selectiva para quienes apoyen al Gobierno en sus políticas. El Lehendakari solo acepta relaciones clientelares.

Ha sido un gran acierto fijar una posición conjunta entre ELA y LAB. Una buena noticia. Tiene un gran valor sindical y político. La alianza del Gobierno y Confebask no admite ambigüedad. Lo social, una vez más, si se quieren sacar conclusiones, explica perfectamente las apuestas políticas del Gobierno más allá de la propaganda institucional -insufrible- y de la banalidad de sus discursos. No hablamos de diferencias normales en los contenidos de una plataforma; hablamos de la voluntad de un Gobierno -nacionalista vasco- de sabotear la decisión democrática de los y las trabajadoras vascas, de prescindir del sindicalismo abertzale. Una decisión congruente con su voluntad prioritaria de entendimiento con Madrid y con el poder económico.