Urtaran, al servicio de los accionistas de Mercedes

28/09/2022
Zuriñe Herreros, ELA-Industria
Los recursos que las instituciones públicas ponen al servicio de Mercedes Benz son incontables, y este año hemos sido testigos de ello. En la misma línea, utilizan los medios de comunicación para presionar a la representación sindical, cuestionando el derecho a la huelga y tratando de desmovilizar a la plantilla, como intentó el diputado general de Álava, Ramiro González, cuando exigió “diálogo y huir de la conflictividad”. Según él, conseguir la inversión más importante de la historia era la gran responsabilidad de la representación sindical.

Ahí se inscriben las visitas oficiales a Mercedes en Alemania por parte del gabinete de Iñigo Urkullu, para demostrar su cooperación incondicional con la compañía, lo que  desdibuja todavía más la  fina línea que separa a los representantes políticos de la patronal.  
Pese a que nadie se cree que los anuncios de inversiones de Mercedes se deban a la firma de acuerdos con la plantilla, hay quien quiere aprovechar el contexto de paz social para su propaganda política: por ejemplo, alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, no dejó pasar la ocasión y se apresuró a dar su apoyo incondicional a Mercedes Benz, ofreciendo el parque de Zabalgana para que la multinacional amplíe su fábrica.  

Tan solo con la posibilidad de que un recurso natural y público como es el parque de Zabalgana, parte del anillo verde que conforma  la propia identidad de Vitoria-Gasteiz, pudiera ser requisado sin ningún cuestionamiento, debería sorprendernos. Pero la realidad es que la deriva neoliberal/capitalista no solo normaliza este tipo de situaciones, sino que induce a legitimarlas en pro del desarrollo industrial y el empleo.
Finalmente, Mercedes ha elegido otro emplazamiento para su ampliación, pero el papel del alcalde de Gasteiz y del PNV ha quedado claro una vez más: servilismo hacia la multinacional, sin condiciones, a costa de lo que sea.
El objetivo de ELA es mejorar las condiciones laborales de la clase trabajadora vasca, en cada negociación, empresa y sector. No obstante, los representantes políticos del PNV se atreven a erigirse en defensores de esa misma clase trabajadora para justificar la red clientelar que día a día construyen a su alrededor.
Basta ya de normalizar este tipo de declaraciones, porque lo que subyace es la pérdida de soberanía de la ciudadanía y de la libertad de la acción sindical; y las consecuencias pueden ser muy graves.