El Real Decreto sobre las condiciones laborales de las empleadas del hogar deja al margen a miles de trabajadoras migrantes

El Consejo de Ministros aprobó ayer, 6 de septiembre, el Real Decreto-Ley para la mejora de las condiciones de trabajo y de Seguridad Social de las personas trabajadoras como empleadas de hogar, modificando una norma histórica que “perpetuaba la discriminación contra las mujeres”. ELA considera que se trataba de un paso necesario, pero considera que dicho decreto no es lo suficientemente ambicioso por los siguientes motivos:

• Se retrasa la equiparación total de las empleadas de hogar, unas 34.000 en Euskal Herria, al régimen general al 1 de enero del 2024 (estaba prevista para 2023).

• Las empleadas de hogar podrán cotizar por desempleo y para Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) a partir del 1 de octubre de 2024. No obstante, no se empezarán a abonar hasta que se cumplan los periodos de cotización del régimen general. Además, su cotización será del 6,05% (de lo cual la persona empleadora abonará el 5% y la trabajadora el 1,05%) mientras que la del resto de personas trabajadoras es del 7,05%. La norma tampoco incluye las cotizaciones con efecto retroactivo.

• Así mismo, se elimina la figura del desistimiento, la cual permitía despedir a una trabajadora sin motivo alguno. No obstante, el despido seguirá siendo muy barato, ya que se les puede despedir con una indemnización de 12 días por año trabajado y, en ocasiones, solo de un mes de salario. Se trata de una indemnización que contrasta con la del resto de personas trabajadoras, que es de 20 días, y que es la que suele ser utilizada para la rescisión de contratos temporales.

• Valoramos positivamente que se elimine la opción de que la trabajadora, cuando trabaje menos del 60h/mes, sea la responsable de ingresar sus cuotas de la Seguridad Social.

• Existe un compromiso por parte del Gobierno de incluir la perspectiva de género en el cuadro de enfermedades profesionales que consideramos, se debería haber abordado en este Real Decreto y no postergarlo.

“Sin duda, este Real Decreto supondrá una mejora de las condiciones de trabajo de las personas empleadas de hogar pero es completamente insuficiente para equipararlas al resto de personas trabajadoras. Este sector seguirá siendo precario y la brecha salarial sigue perpetuándose debido a los bajos salarios, jornadas interminables, nulo derecho a la negociación colectiva...”, lamenta ELA.

“Es especialmente flagrante la situación de las empleadas de hogar internas, que en muchos casos no tienen regularizada su situación administrativa y que se quedan fuera del desarrollo de esta norma”, añade. ELA considera que se deberían dar pasos hacia la regularización de las personas migrantes para que puedan vivir y trabajar con los mismos derechos que el resto de personas. No basta con regularizar a un número de trabajadoras que el mercado necesita para seguir funcionando. Es una cuestión de derechos humanos y va en consonancia con la ILP #RegularizaciónYA impulsada en el Estado y a la que ELA se ha sumado.

Así mismo, el sindicato considera que las condiciones precarias que sufren las empleadas que se dedican al cuidado provienen, en gran medida, de las carencias de un sistema público que invisibiliza los cuidados. “Reivindicamos un sistema de cuidados público, gratuito, digno y de calidad”.

Por todo ello, ELA afirma que seguirá trabajando para la defensa de los derechos de estas trabajadoras con el resto de sindicatos y asociaciones de empleadas de hogar. “Toca reforzar las luchas colectivas para hacerle frente a este reto sindical feminista”.