ELA, con la Compañía Jaizkibel
Comprobamos, este año también, los intentos por parte de los defensores del alarde tradicional de desviar el foco del fondo del problema. Así, intentan limitar el conflicto a una cuestión de convivencia ciudadana localizada en Hondarribia, en vez de reconocer la vulneración de los derechos de las mujeres existente.
A las puertas de la cita 8 de septiembre, advertimos la indeterminación y la falta de firmeza por parte de las instituciones públicas como el Gobierno vasco, la Diputación de Gipuzkoa y el ayuntamiento de Hondarribia, quienes prefieren desviar el debate, ceñirse a la gestión del espacio público o los horarios obviando el debate de fondo: el reconocimiento y la garantía de los derechos de las mujeres.
Igualmente, resulta incompatible querer vender la imagen de un país supuestamente feminista y abanderado en políticas de igualdad de género frente a la negligencia y la falta de actuación ante la realidad que se vive en los alardes de Hondarribia o Irun.
¡Estamos con vosotras!