Reinventándonos paso a paso, también desde el feminismo

08/03/2015
Cualquier proyecto que tenga verdadera voluntad transformadora, como es nuestro caso, debe entender que sin feminismo no hay revolución.

Aldaketak datoz mundura...” (“El mundo va a cambiar de base...”), solemos cantar al final de las manifestaciones. El mundo se transforma a cada momento, y nosotras con él. La política y abogada estadounidense Bella Abzug decía en los años 60 y 70 del siglo pasado que “para lograr lo que pretenden los grandes movimientos, hay que reinventarlos desde dentro. Y ello no solo porque los tiempos hayan cambiado; nosotras también hemos cambiado los tiempos. Por ello debemos responder en cierta manera a nuestra propia historia”.

Esta frase puede adoptar significados diferentes para las organizaciones, movimientos y sindicatos que estamos embarcados, o tratamos de emprender un proceso de transformación o cambio hacia un modelo diferente de sociedad. En el caso de ELA, que ya es una organización sindical centenaria, la transformación interna ha sido evidente en las últimas décadas; de la misma manera, hoy, en vista del severo contexto externo, los retos que se plantean no son distintos.

En torno al 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, el sindicalismo se une a la lucha de las mujeres y afirma que el feminismo es imprescindible, no solo en la revolución social global o ante los salvajes ataques que venimos sufriendo en el mundo del trabajo. Tenemos que prestar especial atención al feminismo, porque, además de ser un aliado irrenunciable ante los ataques, representa una brújula a la hora reinventar la transformación personal y colectiva.

Hay que recordar, no obstante, que aunque el mercado de trabajo es una jungla sin ley para todos, éste sigue manteniendo reglas especiales para las mujeres: En la medida en que perdura la división sexual del trabajo, ello implica consecuencias concretas en las condiciones laborales de las mujeres. Por ejemplo, son las mujeres quienes cargan con la mayoría de los contratos a tiempo parcial; sus tasas de paro y subempleo son más altas que las de los hombres; la brecha salarial entre sexos es patente, y la mayoría de contratos eventuales se cierran con trabajadoras. Además, son las mujeres quienes asumen en su mayoría los trabajos de cuidado y de mantenimiento de la vida, que se realizan gratis y sin ningún reconocimiento.

Esta foto se suele aceptar con frecuencia como fruto natural del destino, como si la desigualdad estructural entre mujeres y hombres fuera algo natural. Pero sabemos que los remedios para estas realidades no son sencillos; todos los días vemos en el sindicalismo y el mundo del trabajo ejemplos de luchas que pretenden dar la vuelta a esa foto, y son protagonizadas casi siempre por mujeres, tanto en los centros de trabajo como fuera de ellos. Por eso creemos que el sindicalismo sigue siendo un instrumento útil para las mujeres, tanto en la lucha sindical así como en los procesos de empoderamiento individuales y colectivos.

Nadie nos ha regalado nuestros derechos, y muchos menos a las mujeres. En el camino de las conquistas y reivindicaciones de las mujeres el feminismo ha sido guía, también para otros movimientos sociales y políticos, a pesar de que con frecuencia haya resultado incómodo y no se haya admitido abiertamente.

Últimamente parece que el feminismo se ha convertido en fenómeno de moda en diferentes sectores políticos. ¿Por qué motivo? En muchos casos puede ser debido a que la cruda realidad nos fuerza a ello; en otros, a que se produce una pura instrumentalización en el nivel del discurso, y por último, porque cualquier proyecto u organización política que tenga verdadera voluntad transformadora entiende que sin feminismo no hay revolución.

En este momento precisamente en que las agendas están cargadas de urgencias, las mujeres en nuestro recorrido, y en alianza con otros tantos agentes, contamos sobre la mesa con numerosas propuestas. Son procesos paralelos, pero también complementarios, que refuerzan las alianzas entre las feministas de los diferentes sindicatos, movimientos y agentes sociales.

Entre otras, tenemos este domingo las manifestaciones convocadas para el 8 de Marzo por las coordinadoras feministas de las capitales de Euskal Herria; el mismo día, la Marcha Mundial de Mujeres arranca su IV Acción Internacional. Además, feministas de distintos ámbitos nos reuniremos el 7 de marzo en Bilbao para seguir trabajando las aportaciones y alternativas feministas al proceso de la Carta Social de Euskal Herria.

Más que las fechas o grandes acontecimientos que se van a suceder, son los propios procesos los que constituyen el tronco de nuestra acción. Y en el mismo proceso, cada agente tiene ritmos e intereses contrapuestos. El riesgo de que lo urgente se imponga a lo importante siempre está latente, y las mujeres tenemos que estar atentas para que no ocurra.

Cada persona, cada organización observa el mundo desde un punto diferente, con una mirada propia. Cada cual tiene su remedio para las diferentes enfermedades, pero ante un modelo de sociedad que se tambalea, es hora de unir fuerzas y compartir soluciones.

Paso a paso, el feminismo es un compañero de viaje imprescindible en cualquier proceso de cambio y transformación tanto a la hora de responder al contexto externo así como en los intentos de reinventarnos desde la propia casa. Los tiempos van cambiando y nosotras/os con ellos también. Paso a paso feminismo y sindicalismo uniéndonos en el camino.

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