SINIESTRALIDAD LABORAL

Concentración para denunciar los dos accidentes mortales sucedidos en Ezkerraldea

10/01/2024
El 9 de enero fallecieron dos trabajadores en sendos accidentes laborales sucedidos en Ezkerraldea. A la mañana falleció un transportista de 54 años al chocar su camión contra la pared e incendiarse la cabina; por la tarde un trabajador de 29 años falleció en el Valle de Trápaga al caerle encima la puerta móvil de su centro de trabajo. Para denunciar estos accidentes laborales ELA se ha concentrado en Santurtzi.

Estamos ante los dos primeros accidentes mortales del 2024. Por la mañana murió un transportista. Circulaba en dirección al Puerto de Santurtzi cuando perdió el control del camión. Como consecuencia del impacto se incendió la cabina del camión. Era empleado de la empresa Cisternas de Alsasua, S.A. y tenía 54 años. La mayoría de los accidentes laborales que sufren los transportistas se registran como accidentes de tráfico, obviando los riesgos laborales que sufren estos trabajadores y trabajadoras. El sector tiene unos niveles de precariedad muy elevados, lo que les obliga a llevar ritmos de trabajo elevados para entregar las cargas a tiempo, a trabajar horas inacabables y a sufrir aislamiento, entre otras cosas. Todo esto les obliga a trabajar con altos niveles de estrés que mantenido en el tiempo conlleva efectos muy negativos sobre la salud. Además, la incorporación de empresas de ámbito estatal que incumplan el Convenio de Transporte de Mercancías de Bizkaia reduce los márgenes de beneficio y las empresas tratan de recuperar esos tramos obligando a jornadas penosas y, en resumen, precarizando las condiciones laborales en el sector del transporte de mercancías.

Por otra parte, por la tarde falleció un trabajador de 29 años al caerle encima el portón que estaba manipulando para cerrar la nave de su centro de trabajo. Era empleado de la empresa Iveco Bomloy, ubicada en el polígono Ugarte de Trapagaran. El portón tenía un peso impresionante y se salió de los carriles al manipularlo. La puerta que ha provocado el accidente debería moverse de forma eléctrica por el peso, pero desde que se rompió el mecanismo el operario tenía que realizar el cierre de apertura de forma manual todos los días, ya que la empresa no lo había solucionado.A día de hoy todavía la normativa preventiva no está integrada en las empresas, por lo que en muchos casos no se cumplen los niveles mínimos de seguridad. Las patronales no ven con buen ojo invertir en seguridad, ya que solo lo ven como una pérdida de dinero. Priorizan la producción frente a la prevención, lo que acarrea graves consecuencias para el personal, como ha ocurrido en el accidente de Trápaga y en tantos otros.

Para hacer frente a esta situación el Gobierno Vasco cuenta con muy pocos inspectores y técnicos, y no se garantiza la implantación de niveles de seguridad adecuados en las empresas para evitar que los trabajadores y trabajadoras sufran accidentes de trabajo y enfermedades laborales. ELA ha denunciado reiteradamente que en Hego Euskal Herria tenemos muy pocos inspectores e inspectoras de trabajo comparados con Europa por habitante y esto tiene un impacto directo en la siniestralidad.

La precariedad está golpeando con fuerza en la mayoría de los ámbitos, en el sector de los transportistas, en la industria, en los servicios, en los ámbitos sanitarios... las condiciones laborales van empeorando año tras año y nuestra salud se ve igualmente afectada. Si no se modifican radicalmente las políticas de prevención no se pueden mejorar estos datos de siniestralidad que son vergonzosos. Hace falta voluntad política y sobre todo priorizar la salud y la vida de las personas frente al dinero.

ELA seguirá denunciando de manera contundente la falta de seguridad para evitar la lacra que supone la siniestralidad laboral.