ELA exige la eliminación de productos mortales de los puestos de trabajo con motivo del Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo

26/04/2019
ELA ha querido subrayar el drama de las enfermedades profesionales, ya que cada año mueren en Euskal Herria más de 2.000 trabajadores y trabajadoras por este causa. La Agencia Europea de Seguridad y Salud Laboral señala que por cada muerte en accidente laboral, se producen 35 muertes por enfermedad. Con motivo del Día Internacional de la Seguridad y Salud Laboral, ELA ha llevado a cabo sendas manifestaciones en Bilbo e Iruñea.

La Unión Europea (UE) acordó el 11 de octubre del 2018 limitar la exposición en el lugar de trabajo a otras ocho sustancias cancerígenas. De este modo, fijaba nuevos límites que se suman a los ya existentes en la normativa europea. El acuerdo entre la Comisión Parlamentaria y el Consejo de Europa es provisional; ahora debe ser confirmado por los ministros y por el pleno de la Eurocámara para que la medida pueda entrar en vigor.

Hablamos de sustancias cancerígenas que generan miles de muertes cada año en toda Europa y, por supuesto, en Euskal Herria. La Organización Mundial de la Salud reconoce que por cada trabajador/a que fallece en un accidente laboral traumático fallecen 35 como consecuencia de las enfermedades profesionales. Son datos tremendos, pues supondrían que en 2018 fallecieron alrededor de 2.300 trabajadores y trabajadoras como consecuencia de diferentes enfermedades profesionales.

Pello Igeregi, responsable de Salud Laboral, ha dstacado que el objetivo de ELA es lograr que se pongan más medios para luchar contra este problema. “Este año está previsto que se cambie la normativa europea sobre productos cancerígenos, y nuestra reivindicación es clara: estos productos tienen que desaparecer de todas las empresas. El tema no es si quienes trabajan con tales productos deben recibir tal plus o tal compensación. No. El reto es lograr que la aplicación de la nueva normativa sirva para eliminar los productos cancerígenos de nuestras empresas. No hay dinero que compense una vida humana”.

Igeregi ha señalado que este problema también está estrechamente ligado con la precariedad. “Trabajar con productos tóxicos es otra consecuencia de la precariedad. Además, no podemos olvidar que quienes trabajan con este tipo de productos no reciben, en muchos casos, la formación necesaria”. En este sentido, ha denunciado que "mientras exista complicidad política con esta patronal que apuesta por la precariedad no habrá solución a las muertes en el trabajo" .