“En Glovo son asalariados, no autónomos” #Landeia

11/05/2021
ELA ha sido la organización que mayor número de casos ha defendido, 53 de un total de 285, en el juicio que comenzó el 26 de marzo en Bilbao contra Glovo. La sentencia conocida este 7 de mayo avala lo que ELA viene defendiendo desde el comienzo: en Glovo son asalariados, no autónomos. El último número de la revista Landeia analizaba en profundidad este tema.

El 26 de marzo comenzó en el Palacio de Justicia de Bilbao un macrojuicio contra Glovo en el que están implicados en torno a 285 trabajadoras y ex trabajadores de esta empresa en Bizkaia. Este juicio, que ha recaído en el Juzgado número 11, es fruto de la actuación de la Inspección de Trabajo que, primeramente, levantó acta de infracción frente a Glovo y, posteriormente, de la Seguridad Social, que inició procedimiento de oficio. Ambos acusan a esta empresa de fraude por tener como falsos autónomos a sus riders. ELA se ha adherido a la demanda de la Seguridad Social, y defende la existencia de relación laboral, es decir, que los riders son trabajadores por cuenta ajena y no autónomos, tal como ha venido defendiendo Glovo.

Janire Ornes, responsable de Hostelería en Zerbitzuak-Bilbao, explica que ELA se ha personado en el proceso y lleva la representación legal de 53 de esos trabajadores o ex trabajadores de Glovo. “Digo trabajadores y ex-trabajadores porque la precariedad es tal que todo el que puede, cuando encuentra otra cosa, se va. Hay gente que está llamada al proceso que sólo ha trabajado un mes, por ejemplo. Hay mucha rotación de personal. Y también aclaro que no están implicado todos los trabajadores de Glovo, sino aquellos que tenían relación con la empresa cuando la Seguridad Social inició procedimiento de oficio”.

Ornes destaca el hecho de que ELA sea la organización que más representados tiene en el juicio, lo que demuestra que “cuando hay un problema, ELA es la referencia, por encima de otra alternativas”. Y no solo a nivel de acción sindical sino también de servicios jurídicos. “Sin un modelo sindical como el nuestro, con unos servicios potentes y gratuitos para la afiliación, muchos de los trabajadores de Glovo no hubieran podido estar representados en este sumario, no habrían podido costearse los servicios de una abogada u abogado que vele por sus derechos e intereses”.

Falsos autónomos

ELA se ha adherido a la defensa de la Seguridad Social por estar de acuerdo con lo que asegura la Inspección de Trabajo en su acta de infracción y la Seguridad Social en su demanda: existe relación laboral como autónomos entre Glovo y sus riders. “Menos la empresa, Glovo, todos los personados hemos defendido que los riders son, en realidad, falsos autónomos; que legalmente deberían ser trabajadores por cuenta ajena, con todas las consecuencias legales que ello conlleva”.

Ornes explica que, hasta ahora, los trabajadores de Glovo eran autónomos con contratos TRADE, una figura creada en 2007, la del trabajador autónomo económicamente dependiente, que se define como aquella persona que factura más de un 75% de sus ventas a un solo cliente, pero que no trabaja en exclusiva para él. “Esta figura es un cajón de sastre en el que se oculta mucho fraude”, denuncia Janire.

Para ELA, los trabajadores de Glovo no son autónomos con contrato TRADE. “Los trabajadores de Glovo no tienen capacidad para tomar sus propias decisiones, las facturas las prepara Glovo, no pueden negociar sus condiciones de trabajo, les vienen impuestas; los horarios también les vienen marcados… Glovo llega al punto de elaborar un ranking de riders en función de la valoración que reciben por los clientes y por la propia empresa que condiciona su cantidad de trabajo; es decir, Glovo, por tener, tiene hasta capacidad sancionadora, En general, hay una ajeneidad y una dependencia de estos trabajadores respecto a Glovo que demuestra la existencia de relación laboral”.

Si a todos los argumentos aportados le sumamos que ya existe sentencia previa de unificación de doctrina del Tribunal Supremo que entiende que sí hay relación laboral entre los riders y Glovo, no es extraño que Janire Ornes sea optimista cara al desenlance de este macrojuicio. “Sinceramente, esperamos una sentencia positiva. Vamos de la mano de la Seguridad Social y existe una sentencia favorable previa del Tribunal Supremo. Otras cosa es que la sentencia sea firme o no, es decir, que haya posibilidad de que Glovo recurra y retrase el proceso”, explica, al tiempo que aclara que en Hego Euskal Herria hay dos procesos abiertos contra Glovo,“el de Bilbao, a espera de sentencia, y otro en Iruñea, sin fecha de juicio todavía, pero en el que ELA se personará también en defensa de nuestra gente”.

En caso de que el juzgado estime la existencia de relación laboral entre Glovo y sus riders, esta decisión, seguramente, provocará una cascada de nuevos procesos judiciales tanto por parte de la Seguridad Social, para reclamar las cuotas dejadas de percibir de Glovo al régimen general, como de los trabajadores afectados. “Es una sentencia con mucha trascendencia, porque de ser estimada los riders podrían reclamar la devolución de la cuotas de autónomos que hayan pagado, el IVA, las diferencias salariales dejadas de percibir en el convenio de aplicación, etc.. Sin olvidar que el reconocimiento de la relación laboral es el principio necesario para poner coto a la precariedad que soportan”.

A la espera de la ley que regularice el sector

Otro indicio de que casi nadie cuestiona que los riders son un caso claro de falsos autónomos es que el gobierno español acaba de elaborar un real decreto ley para regular este sector, cada vez más en auge, y en el que ha primado la ley de la selva. Este Real Decreto Ley entrará en vigor a los tres meses de su publicación en el BOE.

Janire Ornes destaca que aunque el sector se encuentra en un impás de espera, en breve habrá novedades, por lo que habrá que estar expectantes y preparados para dar una respuesta sindical adecuada. “Un tema importante que habrá que dilucidar más pronto que tarde es el convenio colectivo que será de aplicación al colectivo. Desde ELA defenderemos la inclusión en cada convenio sectorial de una categoría propia de repartidores. Sería un paso atrás que tras una larga lucha para poner coto a la precariedad de este sector la cosa acabara en un convenio estatal”, advierte .

Sin duda, este macrojuicio contra Glovo es, también, un juicio contra la precariedad. Una precariedad que ha impresionado, incluso, a gente que, como Janire Ornes, conoce la realidad del mercado laboral muy de cerca. “En las dos asambleas que hemos realizado con los riders para preparar el juicio contra Glovo nos hemos dado cuenta de que existe un doble perfil. Aquellos que están una temporada porque son estudiantes o están en el paro, a la espera de que les salga otra cosa, y los que se han quedado atrapados en el sistema; es decir, aquellos que no tienen posibilidades de encontrar nada mejor: son gente migrante y con muy pocos recursos, fundamentalmente ”.

“Trabajadores y trabajadoras –continúa con su relato– que trabajan los siete días de la semana a destajo, las horas que les pidan, que lo único que reciben de la empresa es una mochila amarilla y que se tienen que pagar de su bolsillo el vehículo –moto, bici e incluso coche–, que trabajan haga lluvia, frío o calor, y que si tienen un accidente no trabajan y apenas cobran. Hasta ahora han sido los precarios entre los precarios. Hay que aprovechar la oportunidad para dignificar el sector.”

“Y en ese camino, ELA estará junto a los riders”, concluye. Algo más necesario si cabe ante el auge experimentado en el sector de la comida a domicilio debido a la pandemia. Un hábito que, seguramente, ha llegado para quedarse.