ELA llama a la huelga a las 90 trabajadoras del servicio de limpieza de IMQ en defensa de sus puestos
Los puestos de trabajo de 90 trabajadoras del servicio de limpieza de Zorrozaurre y Virgen Blanca de IMQ están en peligro. Esta empresa que se dedica a la sanidad privada ha tomado la decisión de internalizar el servicio de limpieza, y tras decenas de años prestando servicios, se niega a subrogar la plantilla. Es por eso que ELA ha convocado una huelga indefinida. Así lo han anunciado las propias trabajadoras en la rueda de prensa que han ofrecido hoy en la sede principal del sindicato.
“Más baratas y rentables”
IMQ quiere contratar una nueva plantilla de limpieza a partir del 1 de enero, alegando que contratar personal nuevo, sin antigüedad, sin pluses y mejoras resulta más barato y rentable. “En su previsión pretendían, además, que fuéramos nosotras quienes durante el mes de diciembre formáramos a la personas que vayan a ocupar nuestros puestos de trabajo”, han asegurado las trabajadoras. “Un insulto del IMQ hacia nosotras. La mayoría de nosotras llevamos 10, 15, 20 e incluso 40 años desempeñando estas funciones para el IMQ. Está claro que para ellos solo somos mercancía a sustituir”.
No es la primera vez que la plantilla se moviliza con fin de mejorar las condiciones laborales. “También nos hemos visto obligadas a acudir a la vía judicial para que se nos reconociera el plus de peligrosidad al estar expuestas a determinados riesgos. La justicia nos dio la razón”. Hace dos años se movilizaron para negociar un plan de igualdad y conseguir que las compañeras eventuales pasaran a ser fijas. Y recientemente la plantilla se ha organizado para acabar con la brecha salarial. “Iniciamos este proceso en abril, pero la empresa empleadora se negó a cualquier tipo de negociación”. En octubre se volvió a solicitar la apertura de una negociación y en la segunda quincena de noviembre iniciaron más movilizaciones, concentraciones ante la clínica Zorrozaurre. “Dentro de estas movilizaciones, el pasado 23 de noviembre comunicamos ante la Delegación de Trabajo nuestra intención de ir a la huelga”.
El 25 de noviembre, sin embargo, IMQ comunicó su intención de internalizar el servicio de limpieza, negándose a subrogar. “Alegan que contratar personal nuevo, sin antigüedad, sin nuestros pluses y nuestras mejoras resulta más barato y rentable. Su plan consiste en contratar nueva plantilla a partir del 1 de enero; en su previsión pretendían, además, que fuéramos nosotras quienes durante el mes de diciembre formáramos a la personas que vayan a ocupar nuestros puestos de trabajo”.
ELA denuncia la actuación del IMQ, que deja en la calle a 90 trabajadoras tras toda una vida de trabajo en sus instalaciones. “Con su actuación, IMQ no solo condena al desempleo a quienes han estado a su servicio durante tantos años, sino que además pone en riesgo sus futuras jubilaciones”. ELA va a poner en marcha todas las actuaciones judiciales y sindicales que sean necesarias para que las 90 trabajadoras continúen con su empleo en las instalaciones del IMQ en las mismas condiciones en las que han estado trabajando durante toda su vida laboral.
Servicios mínimos y pandemia
En cuanto a la huelga, las trabajadoras han denunciado la actitud del Departamento de Trabajo que dirige Idoia Mendia que ha decretado unos servicios mínimos del 100%. “Los servicios mínimos se deben dictar cuando existe una colisión de derechos fundamentales. En este caso, entendemos que el derecho a la salud está plenamente garantizado, ya que las personas usuarias del IMQ tiene como la mayoría de la población derecho a la sanidad pública. Defender el mantenimiento del 100% de su actividad es lo mismo que decir que quienes no tenemos seguros privados, carecemos del derecho a la sanidad”. Además, “esta vulneración se produzca fundamentalmente y de manera grave en sectores feminizados como la limpieza o los sectores de cuidados. ¿Esta es la política de igualdad y de equidad de género que impulsa el Partido Socialista?”.
ELA apela al Gobierno Vasco para que se implique en la protección del empleo y adopte una posición activa para que las 90 personas no sean despedidas de manera injusta en una empresa que recientemente ha repartido entre sus accionistas 13 millones de euros en dividendos. Más aún cuando en la pandemia han puesto en riesgo su salud así como la de sus seres queridos.