centros concertados de enseñanza de Iniciativa Social

Cuando resistir es vencer

17/04/2024
ELA, 58% de representación, logra un gran acuerdo en los centros concertados de enseñanza de Iniciativa Social de la CAPV pese a la enorme presión a la que fue sometida

“El acuerdo es muy bueno, recoge todas las propuestas que pusimos encima de la mesa al inicio de la negociación. De hecho, lo han firmado todos los sindicatos. Incluso LAB, que no firmó el preacuerdo, ha suscrito el acuerdo de fin de huelga tras llevarlo a sus asambleas de afiliados y afiliadas”. Miren Zubizarreta, responsable de Enseñanza, se muestra muy contenta sobre el acuerdo logrado por ELA con las patronales AIZE y Kristau Eskola en relación al convenio colectivo de los centros concertados de enseñanza de Iniciativa Social de la CAPV.

Para demostrarlo, empieza a enumerar los principales logros, relacionados no sólo con los salarios –por ejemplo, el incremento salarial garantizado será del 16%, con el IPC garantizado para el periodo 2021-2024–, sino también en diversas materias como el mantenimiento del empleo, el alivio de las cargas de trabajo, los planes de igualdad, los riesgos psicosociales, el euskara o la formación profesional. Medidas que, sobre todo, benefician a los sectores más feminizados.

Un gran acuerdo logrado la madrugada del 5 al 6 de febrero, que sirve para ver la importancia de la organización sindical en la negociación colectiva. Porque, tal y como destaca Igor Eizagirre, responsable de los servicios públicos, el sindicato tenía buenas cartas en esta negociación. “En los centros concertados de enseñanza de Iniciativa Social tenemos muy buenos cuadros, muy buenos delegados y delegadas, muy buenos militantes. Tenemos una tasa de afiliación en torno al 30%. Y tenemos un sindicato con una caja de resistencia que le permite afrontar las jornadas de huelga necesarias hasta lograr un buen acuerdo. Ese es el secreto, no hay otro. Si tienes estos elementos te podrán presionar lo que quieran, pero, como se ha visto, será en vano”.

Una mesa de negociación y muchos intereses

En toda mesa de negociación suele haber, al menos, dos partes. Decimos que al menos dos partes –la patronal, bien sea pública o privada, y la parte social, representada por los sindicatos–, porque en la negociación de este convenio ha habido más partes que han estado presentes de una forma u otra. “El Gobierno Vasco, –destaca Igor Eizagirre– ha presionado para que el acuerdo recoja en relación a las condiciones laborales lo acordado con LAB en Aranzazu en junio, en el contexto de la Ley de Educación.”

La homologación salarial como caballo de batalla

“El Gobierno Vasco puso su maquinaria para condicionar la negociación y obligar a ELA a entrar en un planteamiento de homologación salarial. Ese era el principal objetivo del Gobierno Vasco, pero no solo el de ellos. LAB, las patronales de los centros de Iniciativa Social y, en parte, la patronal de las Ikastolas también tenían ese objetivo. Lo malo de esta suma de intereses comunes no es que iban contra lo que planteaba ELA, sino que iban en contra de los intereses de las y los trabajadores. Creo que no les importaba sacrificar las condiciones laborales del personal de los centros de Iniciativa Social por sus propios intereses”.

¿Por qué tenían ese intereses de que ELA entrara en ese planteamiento de homologación? (Un matiz. Cuando hablamos de homologación lo hacemos de la homologación salarial, porque sobre la homologación en otras materias no han dicho nada). Miren Zubizarreta explica los motivos. “La patronal quiere cubrir con la financiación que le da el Gobierno Vasco los sueldos, y punto. No quiere ningún conflicto en este tema. El Gobierno Vasco también tiene sus intereses. En junio del 2023 firmaron con LAB un acuerdo en torno a la Ley de Educación donde se recogía, entre otros aspectos, la homologación salarial del personal de la enseñanza concertada en relación al personal público. El Gobierno Vasco y LAB pretenden trasladar ese esquema a toda la red de la enseñanza. LAB firmó ese acuerdo porque, en ese momento, EH Bildu tenía una posición favorable a la Ley de Educación. Luego EH Bildu no apoyó la Ley de Educación, pero no por este motivo, la discusión no ha estado en ningún momento en este punto. De hecho, en el tema de la homologación, el planteamiento es el mismo que en junio del 2023”.

“En cuanto a la homologación salarial tenemos motivos para estar en contra. Para el personal de los centros de Iniciativa Social y de las Ikastolas supone que la referencia para las subidas salariales no será el IPC, sino las subidas salariales del personal de la enseñanza pública. ¿Qué pasa si esas subidas están por debajo del IPC? Pues que te las comes, y ya está. Pero, además de perder la referencialidad del IPC, supone que, si no estás de acuerdo con esas subidas, no tienes opción de luchar. Supone renunciar en la negociación colectiva a tener la opción de luchar por unas mejores subidas salariales. Esto es algo que no aceptamos ni en las Ikastolas, ni en los centros de Iniciativa Social ni en otros ámbitos ”.

Confluencia de intereses, acuerdos cruzados

Las negociaciones no siempre son una línea recta, a veces se cruzan otros caminos e intereses. El proceso para lograr el acuerdo en los centros concertados de enseñanza de Iniciativa Social es un buen ejemplo.

“Las y los trabajadores habían convocado diez jornadas de huelga en enero –17, 18, 23, 24, 25– y febrero –6, 7, 8, 19, 20–. En vísperas de las huelgas de enero se adelantó una reunión de la mesa negociadora del Convenio de Ikastolas que estaba convocada para después de esos días de huelga, haciéndolas coincidir en fechas. En esa mesa negociadora LAB y la patronal de las Ikastolas llegaron a un preacuerdo en el que, básicamente, se recogía la homologación salarial. Acordaron que en las Ikastolas se aplicarían unas subidas salariales hasta llegar al sueldo del personal de la Educación Pública en el periodo 2024-2027. Eso supone que los sueldos serán los que tienen los del sector público, sin que las subidas salariales estén relacionadas con el IPC (o recortes salariales si los hubiera). En este punto, el de las subidas salariales, no habrá ninguna negociación en las Ikastolas, se aplicarán las mismas subidas que en el sector público, y punto”.

Ese preacuerdo no hizo sino aumentar la presión para lograr un acuerdo basado en la homologación. “El discurso en contra nuestra se hizo más intenso. Todo el día con la misma matraca: a ver cómo era posible haber logrado un acuerdo en las Ikastolas y no en los centros de Iniciativa Social, que cómo se podía estar en contra de la homologación cuando era una reivindicación

histórica, que por qué no era válida para los centros de Iniciativa Social la subida salarial de las Ikastolas…”

Cuando la presión no funciona

Pese a toda la presión las cinco jornadas de huelga convocadas en enero salieron muy bien. El seguimiento fue muy importante y las movilizaciones masivas. Se acercaba el periodo de matriculación, y las huelgas de febrero estaban convocadas en ese periodo. Ante esta situación, y visto que ELA aguantaba la presión, la patronal decidió dar carpetazo al tema y llegar a un acuerdo. Pero todavía quedaban baches y obstáculos por superar.

“La noche del acuerdo, el 5 de febrero, la patronal hizo un último intento para que firmáramos la homologación salarial. Para las 19:00 ya teníamos cerrado el acuerdo, pero cuando a esa hora llegamos al Consejo de Relaciones Laborales LAB vuelve a plantear por tres veces que había que recoger en el acuerdo de fin de huelga de donde venía ese incremento salarial del 16% acordado, que era un concepto que el Gobierno Vasco pondría como homologación, que era un planteamiento para el periodo 2024-2027...”.

“La primera vez que lo planteó la patronal no le respondió. La segunda vez, tampoco. Pero cuando lo vuelve a plantear por tercera vez presenta un documento. En ese momento empiezan un montón de llamadas cruzadas y se suspende la reunión. Durante ese intervalo patronal, Gobierno Vasco y LAB intentan obligarnos a firmar el tema de la homologación. Que estábamos reunidos en el CRL era público, había un montón de periodistas. Sabían que el preacuerdo estaba cerca. Incluso la patronal lo había adelantado. Por supuesto, aguantamos la presión y no accedimos a firmar la homologación. Lo que recogimos en el acuerdo fueron subidas salariales garantizadas por encima del IPC, además de otro montón de temas positivos”.

 

La importancia de tener (buena) memoria

Según la RAE la memoria es la facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado. Afortunadamente, las y los trabajadores de los centros de enseñanza de Iniciativa Social tienen muy buena memoria. Esa memoria explica por qué han aguantado toda la maquinaría política, mediática y sindical que les quería hacer firmar la homologación salarial en el nuevo convenio.

Así lo explica Miren Zubizarreta. “En 2010, en pleno periodo de crisis, el Gobierno de España presidido por Jose Luis Rodriguez Zapatero –PSOE– aprobó un decreto ley en el que, entre otras medidas, se aplicaba una reducción salarial del 5% a todos los trabajadores y trabajadoras públicas. El Gobierno Vasco aplicó esa reducción salarial del 5% a todo el personal público, incluido el de enseñanza. Y, a su vez, redujo en un 5% la financiación que destina a la patronal para pagar las nóminas del personal de la Enseñanza Concertada. La patronal, entonces, dijo: ‘si a mi el Gobierno Vasco me reduce la financiación en un 5% yo también reduciré en un 5% los salarios’. ELA no aceptó esa decisión y, además de luchar sindicalmente con huelgas y movilizaciones, acudimos a los tribunales. Presentamos un montón de demandas que fuimos ganando, hasta llegar al Tribunal Supremo, que nos dio la razón. Como reconocieron todos los tribunales en la negociación colectiva no había ninguna relación que referenciaba el sueldo de quienes trabajaban en la Concertada con el del personal público. ‘Tenéis acordadas unas tablas salariales y hay que cumplir lo acordado. Eso es la negociación colectiva. Tú, a efectos de negociación colectiva, eres una patronal privada’, vino a decir el Tribunal Supremo. Desde entonces, para la patronal de los centros concertados de enseñanza de Iniciativa Social es una obsesión que los salarios vayan vinculados a los del personal público. Y eso es así en todo el resto del Estado, donde no hay negociación colectiva en los centros concertados”.

“Esa lucha activó a las y los trabajadores, que unido a otros conflictos laborales de aquellos años –la lucha por la ultraacitividad, la lucha por la prevalencia de los convenios vascos sobre los estatales...– facilitó que tuvieran una notable conciencia de lucha. Saben perfectamente lo que puede suponer la homologación, pero para abajo, porque lo han vivido en primera persona. Es verdad que han pasado años y que personas que estuvieron en esas movilizaciones se han jubilado, pero esa chispa sigue viva, y cuando se explica a quienes entran a trabajar por primera vez lo entienden perfectamente”.