Ordezkagune, el nuevo sistema telemático de sustituciones en la enseñanza pública, sigue acarreando situaciones inaceptables

03/10/2019
ELA ha vuelto a denunciar que Ordezkagune, el nuevo sistema telemático de sustituciones en la enseñanza pública, sigue acarreando situaciones inaceptables. En una concentración frente a la delegación del Gobierno vasco en Bilbao, ha denunciado que mientras la tasa de eventualidad del profesorado se sitúa ya en un más que preocupante 40%, el Gobierno vasco solo se preocupa de implantar nuevos sistemas de sustituciones aparentemente mejorados, que ni siquiera funcionan correctamente.

Aún cuando solo ha pasado un mes desde el inicio de curso escolar, ya son interminables las situaciones inaceptables vividas a raíz de la gestión del sistema denominado Ordezkagunea, el nuevo sistema telemático implantado por el Gobierno vasco para asignar las sustituciones al profesorado interino. Aunque la Consejera de Educación, Cristina Uriarte, tilda de pequeñeces los problemas acontecidos y asegura que todo está solucionado, el profesorado sabe bien que el problema persiste y que la situación es cada vez más insoportable.

ELA ha denunciado en repetidas ocasiones que este sistema presentado como una medida innovadora no es más que una maniobra de despiste que aleja el foco del verdadero problema de la red pública: la eventualidad entre el profesorado, que supera ya el 40%. Mientras ponen en marcha el nuevo sistema telemático como solución a los problemas, no hay sobre la mesa ninguna propuesta real para solventar la altísima tasa de eventualidad.

Después de haber utilizado y precarizado durante años a los profesores (en situación de eventualidad, en una dinámica perversa de OPE, dando vueltas de una punta a otra de Euskal Herria...) para cubrir sus necesidades, el Gobierno solo ha puesto encima de la mesa medidas chapuceras que lejos quedan de la consolidación de los puestos y la reducción de la eventualidad al 6%. Ordezkagunea es solo otro ejemplo más de estas medidas.

Un vez más, queremos denunciar la improvisación y la falta de transparencia del Departamento de Educación, que ha organizado y decidido la nueva aplicación de forma unilateral, negociándola en el comité de seguimiento y sin garantizar la información ni la participación de ELA.