Concentraciones en contra de la centralización y privatización de los almacenes

Convocados por los sindicatos ELA, LAB, CCOO, UGT y ESK, la plantilla de los almacenes de los hospitales Cruces, Basurto y Galdakao ha realizado hoy sendas concentraciones para denunciar el plan de centralización de los almacenes de Osakidetza.

Estamos, sin dudan ante un planteamiento privatizador. En este caso, esa privatización pretende ser llevada a cabo con una total opacidad, ocultando la verdadera realidad que se esconde detrás de esta nueva maniobra, que no es otra que el cierre de los almacenes existentes en la actualidad y la subcontratación de la gestión a una empresa logística.

Hace escasas semanas teníamos conocimiento, a través de los medios de comunicación, de la existencia de un proyecto para que la antigua sede de EITB en Iurreta, albergue un centro logístico para Osakidetza a partir de 2026. Debemos denunciar que esta es la primera y única información que hemos recibido al respecto ya que, como viene siendo habitual, Osakidetza está desarrollando este proyecto con una total opacidad sin que, hasta el día de hoy, hayamos recibido información alguna al respecto. 

Detrás de esta centralización no se esconde otra cosa que una privatización encubierta. A través de diversas fuentes hemos podido conocer que, el objetivo real de Osakidetza, no es otro que el de cerrar los diferentes almacenes con los que cuenta hoy en las diferentes Organizaciones de Servicios, gestionados con medios y personal propio, para centralizarlos en la futura plataforma logística, cuya gestión se va a subcontratar a una empresa externa y por lo tanto, a privatizar.

 Debemos denunciar que la Consejera emplea un eufemismo para intentar esconder la verdadera realidad: la privatización de la sanidad pública. La privatización de servicios no abarca solamente el cambio de titularidad, abarca otras fórmulas como la subcontratación de la gestión de un servicio (como es el caso); la concertación de determinados servicios con la sanidad privada (la Policlínica Gipuzkoa, por ejemplo, recibió en 2022 13,1 millones de euros de fondos públicos); o las subcontratación de determinados proyectos (el desarrollo de una plataforma destinada a gestionar la contratación temporal; el desarrollo de una aplicación para la gestión del Desarrollo Profesional; o la subcontratación del servicio de mantenimiento de electromedicina).

La subcontratación de servicios supone, además del enriquecimiento de empresas privadas a costa de dinero público, la destrucción de empleo público, y el despido del personal temporal.  Los sindicatos exigen a Oaskidetza que paralice esta proyecto de manera inmediata; que ofrezca a la parte sindical toda la información al respecto; y que garantice que tanto al titularidad como la gestión de todos los servicios sea 100% pública.