ELA-Osakidetza pide al Gobierno Vasco que presione al Gobierno español para que se implique en la lucha contra el ébola
Hemos sabido por los medios de comunicación que Osakidetza ha vuelto a poner en marcha el protocolo de actuación frente al ébola. Queremos manifestar nuestra satisfacción porque se haya descartado un caso de este tipo y esperamos una pronta recuperación del paciente.
Asimismo, desde ELA queremos reconocer que tras la caótica puesta en marcha hace poco más de un mes del protocolo contra el ébola de Osakidetza, en la actualidad tenemos un protocolo de actuación adecuado, aunque evidentemente siempre hay márgenes de mejora y no existe el “riesgo 0”. Aún así, debemos denunciar que no se ha informado a los sindicatos sobre este caso y, en consecuencia, no hemos podido hacer seguimiento de la puesta en marcha del protocolo ni hemos podido velar por la salud de las personas que han estado cuidando del paciente. No es posible que los sindicatos sepamos mediante los medios de comunicación que profesionales de Osakidetza hayan podido estar expuestos a un virus como el ébola y no nos permitan asegurarnos que se cumplen todos los protocolos de salud laboral.
En todo caso, aunque estemos aliviados porque este virus todavía no haya llegado a Euskal Herria, ELA entiende que se debe actuar contra este virus allí donde realmente es un problema actualmente y debemos parar su extensión de inmediato. La semana pasada conocimos mediante Médicos Sin Fronteras la dramática situación que están viviendo los países golpeados por la epidemia del ébola. El virus se está extendiendo sin control real, el miedo a la infección hace huir al personal sanitario que sobrevive y el endeble sistema sanitario con el que cuentan se está desmoronando, no hay laboratorios suficientes para realizar las pruebas necesarias y conocer las extensión real de la epidemia, los hospitales tampoco cuentan con salas de aislamiento preparadas, las personas enfermas se esconden ante el miedo al abandono en caso de manifestar su dolencia... El resultado es una situación alarmante, la población está muriendo como consecuencia de enfermedades tratables.
ELA quiere manifestar sus solidaridad con todos los países que están sufriendo este drama, especialmente, en calidad de sindicato de Osakidetza, nuestra solidaridad y reconocimiento con el personal sanitario que en una situación precaria hace frente a este situación.
El descontrol de la situación requiere de una acción mundial coordinada, pero hasta el momento los países con capacidad para poder frenar esta epidemia no están mostrándose dispuestos a implicarse realmente. Los países ricos tenemos la responsabilidad de evitar que esta epidemia destroce el África meridional y, también, que la enfermedad se siga extendiendo por todo el mundo. Aunque solo sea desde un punto de vista egoísta, debemos parar esta terrible enfermedad en África antes de que llegue a nosotros, si no es la solidaridad y la justicia, al menos, el instinto de supervivencia debiera bastar para que nos implicásemos de lleno en la lucha contra el ébola.
Por ello, sabiendo que el accionar de un país por su cuenta no es suficiente para hacer frente a este reto, ELA entiende que nos corresponde presionar a otras instancias para que den realmente pasos y, en este caso, solicitamos al Gobierno Vasco que presione al gobierno español y éste, a su vez, plantee un frente común en las Naciones Unidas. Para ello, pedimos predicar con el ejemplo e iniciar una campaña mediática que dificulte la apatía del gobierno español.
ELA propone al Gobierno Vasco el establecimiento de un laboratorio y centro de aislamiento en un lugar recomendado por la Organización Mundial de la Salud y que utilice esta labor para ejercer presión frente al Gobierno español. Por su parte, ELA trabajará para lograr el personal voluntario necesario para poner en marcha estas instalaciones.
Asimismo, queremos que el Gobierno Vasco solicite una reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para que se posicione en el mismo sentido.
Por último, entendemos que la presión que se debe ejercer no puede servir para enriquecer a la industria farmacéutica, tal y como ha sucedido en ocasiones anteriores.
Es una responsabilidad de todos y todas hacer frente a esta epidemia, no podemos mostrarnos insensibles ante el sufrimiento humano y tenemos que poner aquello que se encuentre en nuestras manos para detener el ébola.