OSAKIDETZA
La tasa de temporalidad se mantendrá por encima del 50% tras los exámenes de la OPE

La Consejera de Salud anunciaba hoy, a bombo y plantillo, las fechas de los exámenes de la próxima OPE de Osakidetza, proceso en el que se convocan 7.639 plazas y cuyos exámenes se celebrarán entre julio y noviembre.
Sin embargo, detrás de los abultados números y de eslóganes como que es la mayor OPE de la historia, se esconde una tasa de temporalidad que afecta a más de 24.600 trabajadores y trabajadoras, de los cuales, casi 9.000 llevan más de 8 años en esa situación de temporalidad. La única realidad es que, finalizada esta OPE, la tasa de temporalidad se situará por encima del 50%.
Cabe señalar, además, que tras la adjudicación de las plazas ofertadas, no habrá más trabajadores y trabajadoras en Osakidetza. Pareciera que, cuando el Departamento de Salud hace estos anuncios, fuera a ampliar la plantilla para disminuir las cargas de trabajo y, a su vez, mejorar la calidad asistencial. Sin embargo, las personas adjudicatarias de una de las plazas ofertadas, ya se hallan trabajando a día hoy. A ello se le suma el hecho de que cuando finalice esta OPE (la fecha límite es diciembre de 2024), habrá 2.000 nuevas vacantes ocupadas por personal temporal (o incluso sin cubrir) ya que en Osakidetza se producen unas 1.000 jubilaciones al año.
Por si esto fuera poco, en esta convocatoria, Osakidetza ha dado una vuelta de tuerca más. Así, además de ofertar un número de plazas totalmente insuficiente; de tener a su personal durante largos años con contratos temporales; y de obligarles a hacer una OPE tras otra; en esta convocatoria, ha obligado a los y las aspirantes a inscribirse y preparar un examen sin haber resuelto la OPE anterior; o lo que es lo mismo, obligan a la plantilla a preparar una nueva OPE sin saber si han sacado plaza en la anterior.
La Consejera ha anunciado que, para paliar los perjuicios ocasionados al personal, va a publicar las relaciones provisionales de aspirantes de la OPE en marcha antes de la celebración de los exámenes anunciados hoy. La publicación de los resultados provisionales, sujetos a reclamación y modificación, no aseguran la obtención de plaza, por lo que los aspirantes no podrán decidir en todos los casos si hacen o no el examen. Además, si la publicación de los resultados se hace en fechas próximas a los exámenes, los aspirantes ya se habrán visto en la obligación de estudiar y prepara las pruebas.
Finalmente, subrayar que, las fechas hechas públicas hoy, suponen que, en algunas categorías, se conozcan las fechas con menos de tres meses de antelación y que, además, que muchos aspirantes, tengan que emplear el verano en preparar las pruebas (tal y como ya sucedió el año pasado). Una de las categorías que realizarán en examen en julio, es la de Facultativo de Familia. Si tenemos en cuenta la precariedad que padece ese nivel asistencial especialmente en verano, la falta de sustitución de vacaciones o el aumento de cargas de trabajo, hacen especialmente dificultosa la preparación de las pruebas para este colectivo. El Departamento de Salud, que se escuda en la falta de estos profesionales para justificar sus políticas, los maltrata una vez más. La solución pasa por atraer al personal y mejorar sus precarias condiciones laborales. Osakidetza, una vez más, recorre el camino inverso.