Las modificaciones de los protocolos de actuación frente a la COVID-19 anunciadas por el Gobierno Vasco no responden a criterios epidemiológicos, sino a la falta de recursos

11/01/2022
ELA denuncia que las modificaciones anunciadas en los últimos días por la Consejera de Salud de la CAPV, en relación con los criterios de actucion de Osakidetza frente al COVID-19, son “la muestra evidente de la escasez de plantilla, de la falta de refuerzos y de la situación de colapso en la que se encuentra nuestra sanidad, especialmente la Atención Primaria”. El sindicato asegura que las medidas anunciadas no responden a criterios epidemiológicos ni sanitarios y, sin lugar a dudas, suponen un recorte más en la atención sanitaria que se ofrece a la ciudadanía. Algo especialmente grave -remarca- en un momento en el que ésta es más necesaria que nunca, con cifras récord de contagios y con un número de fallecidos comparable a las cifras de la primera ola.

El sindicato destaca que estas medidas no son consecuencia directa de la crisis sanitaria, tal y como se pretende hacer ver, sino la consecuencia directa de los recortes, la falta de profesionales y de inversión en sanidad pública. “Una Osakidetza con recursos suficientes haría frente a esta situación de una forma mucho más garantista para la población y para los propios profesionales”, remarca.

No en vano, si ayer la Consejera anunciaba que sólo se verificarán los test positivos de de farmacia a quienes necesiten una baja laboral o sean considerados de riesgo, hoy ha anunciado la eliminación de la figura de contacto estrecho, ya que sólo se harán pruebas diagnósticas en el caso de colectivos vulnerables. Además, venimos de un escenario en el que los pacientes ya tenían que recoger ellos mismos las muestras para las pruebas diagnósticas por falta de personal.

La pandemia se está convirtiendo en la excusa perfecta para recortar en atención sanitaria y dejar en manos de la ciudadanía la vigilancia y el cuidado de la salud”, afirma el sindicato. Además, recuerda que se está ahondando en el desmantelamiento de los servicos públicos y se refuerza a la sanidad privada que, ante el colapso de la pública, “lleva meses haciendo caja a costa de esta pandemia”.

Hace unas semanas, en un momento de máximo tensionamiento de la Atención Primaria, con las cifras de contagio disparadas, Osakidetza anunció la restricción de horarios de más de 60 Centros de Salud de los tres territorios durante el periodo navideño. “Lo que subyace es la decisión de no sustituir bajas, vacaciones y otras ausencias; y sobrecargar aún más a la plantilla. En definitiva, ahorrar”, asegura ELA.

Y siguiendo en esa senda de ahorro, a finales de cctubre, Osakidetza decidió prescindir de 4.000 profesionales. Cerró los vacunódromos y redujo los equipos de rastreo a su mínima expresión. Desde una perspectiva garantista, no se entiende esta decisión, y menos después de dos años de pandemia. Por si esto fuera poco, el Departamento de Salud no está volviendo a contratar a estos u otros profesionales, sino que está adoptando medidas como llamar a personal voluntario jubilado, o pretender que el personal residente trabaje gratis.

Recientemente, los medios se hacían eco del colapso de las urgencias hospitalarias. A esa situación contribuye de manera directa, tanto el aumento de las cifras de contagio, como los recortes aplicados en los últimos años en los PACs. Con la primaria colapsada y los PACs cerrados o con restricciones horarias, la población busca atención en aquellos servicios que permaneces abiertos; servicios que tampoco se han reforzado.

Así las cosas, ELA considera urgente revertir esta situación para asegurar el futuro de la sanidad pública y el bienestar colectivo. Por ello, aboga por la movilización.