ELA inicia una campaña para informar sobre lo ocurrido en Zaldibar

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A estas alturas dos trabajadores siguen desaparecidos. La búsqueda debería haber sido prioritaria para el Gobierno Vasco, pero no lo ha sido.
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El vertedero de Zaldibar gestionado por Verter Recycling no estaba autorizado para recibir residuos peligrosos, pero se llevaban allí residuos industriales peligrosos.
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Algunos residuos que se depositaban en Zaldibar se vertían directamente, sin tratamiento previo alguno. Esto está terminantemente prohibido.
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El vertedero sí que tenía autorización para recibir amianto, pero no se seguía el protocolo establecido para ello.
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En cuanto se produjo el derrumbe la prioridad de las autoridades fue abrir enseguida la autopista A-8, no garantizando la seguridad y salud de quienes acudieron a las labores de rescate. Hasta que se abrió la autopista no se paralizaron los trabajos y así poder adoptar las imprescindibles medidas de seguridad que previamente no se habían adoptado.
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Se ha ocultado información a la población contigua al vertedero y las primeras explicaciones -muy deficientes, por otra parte- han llegado cuando se han dado las recomendaciones a raíz de los malos resultados de las mediciones del aire, y la gente ha empezado a movilizarse.
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A la vista de las recomendaciones que se han dado a la población, las personas que trabajan en empresas y centros de trabajo situadas in las inmediaciones del vertedero también deben adoptar medidas protectoras específicas para la respiración. Sin embargo, las administraciones no han establecido ninguna norma para proteger a quienes trabajan alrededor del vertedero.
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En su comparecencia del Parlamento Vasco, el Lehendakari y los consejeros implicados se limitaron a justificar su -mala- gestión; no dieron explicaciones. Entre tanto, se ha pretendido imponer la ley del silencio a las personas que trabajan en el departamento de Medio Ambiente.
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Solo 5 de los 15 vertederos existentes en la CAPV tienen gestión pública. El resto está en manos de empresas privadas y de su enorme codicia. ¿Cuántos casos hay como el de Zaldibar? No lo sabemos, porque no se quiere dar información al respecto.
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El departamento de Medio Ambiente está obligado a controlar, inspeccionar y, cuando se dé el caso, sancionar a quienes gestionan Zaldibar. El departamento no ha cumplido y es responsable de este desastre.
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En la inspección realizada en 2019 se detectaron 23 deficiencias, que no habían sido corregidas porque este asunto no está entre las prioridades de la administración.
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Aunque hace tiempo se conoce el problema que supone la generación de residuos, las administraciones no hacen nada para reducirlos. Mientras hablaban de la economía circular ocultaban residuos industriales y peligrosos en Zaldibar.
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En 2018 se generaron 3,5 millones de toneladas de residuos industriales no peligrosos y 320.000 toneladas de residuos peligrosos en la CAPV. Gran parte de ellos acabaron en Zaldibar. ¿Adónde se llevarán todos estos residuos a partir de ahora? Es necesario limitar la generación de residuos, porque son demasiados y son peligrosos.
Lo ocurrido en Zaldibar demuestra lo que hay detrás de la gestión de residuos. Llevan años haciendo negocio a cuenta del medio ambiente y de la salud de las personas. Nunca más. Zaldibar argitu orain.