La huelga es necesaria para romper con el perfil continuista del Departamento de Educación

Al final del curso anterior, diferentes fuerzas sindicales tomamos la determinación de canalizar el enfado y hartazgo que nos transmitía el profesorado por medio de diferentes movilizaciones. El único atisbo de reacción que pudimos constatar vino después de dos huelgas, una en toda la administración pública y otra en el sector de la educación pública.

Solo después de esta última conseguimos sentar al Departamento en una mesa para negociar, en la que por desgracia, no se quiso entrar a hablar de ninguna cuestión que supusiera un mayor gasto en educación. La excusa, como siempre, la falta de partida presupuestaria ya que el gasto estaba ya cerrado en la tramitación de los presupuestos para este 2023 que ahora finaliza o que era una legislatura agotada, en la que había que esperar a que pasara la letanía de un periodo electoral que se ha alargado desde primavera hasta prácticamente otoño.

En este comienzo de curso la predisposición para retomar la negociación de las demandas que veníamos reivindicando ha sido nula. El Departamento se ha limitado a seguir reduciendo las mesas sectoriales a un mero consultorio administrativo en el que se utiliza a los sindicatos para que revisemos sus normativas y hagamos aportaciones que rara vez, por no decir nunca, se tienen en consideración.

Desde ELA creemos que es el momento de volver a retomar la lucha iniciada el curso anterior y forzar mediante la huelga a que el Departamento vuelva a sentarse con las fuerzas sindicales para hablar de cuanto dinero pretende invertir este “nuevo” Gobierno en Educación. Los presupuestos comenzarán a cerrarse ahora y es primordial presionar para que el gasto en educación aumente lo suficiente para poder bajar las ratios de forma lineal en todas las etapas, hacer efectiva la recuperación del poder adquisitivo o reducir tanto la temporalidad como la sobrecarga laboral y burocrática a la que desde hace años se somete a los y las trabajadoras de la comunidad educativa.

Por lo tanto, invitamos a toda la comunidad educativa y a todas las fuerzas sindicales a activarse para realizar dinámicas efectivas de presión como la huelga, que se han demostrado mucho más efectivas a la hora de mejorar nuestros derechos. De esta manera, hacer que los foros de negociación se lleven a cabo con la premura necesaria para evitar que una vez más, y por no estar respaldado con el aval presupuestario necesario, se nos niegue el derecho a una educación de calidad, dotada de recursos y suficientemente remunerada.