“Desde el anterior congreso hemos convocado 251 huelgas”
 
                
              Unai Martínez, secretario general de Industria eta Eraikuntza, reconoce que llega ilusionado al congreso. Ilusionado por el buen trabajo hecho estos últimos años, por la buena salud de la Federación y por contar con una estructura y una base sindical con ganas de hacer frente a los retos del futuro.
El anterior congreso de Industria eta Eraikuntza se celebró en junio del 2022. ¿Qué balance haces del trabajo realizado este tiempo?
Los últimos años han venido marcados por diferentes cosas. La negociación colectiva ha sido super potente. Desde el anterior Congreso nuestra federación ha convocado 251 huelgas. Esta conflictividad ha traído de la mano la recuperación de convenios y firmas de acuerdos como no habíamos conocido los últimos años. La negociación colectiva activa mejora las condiciones de trabajo.
Este escenario ha sido posible porque tenemos un motor interno muy importante. Vamos a un congreso donde hay más personas afiliadas que en el anterior. En un contexto donde hemos tenido que aguantar cierres de empresas y ajustes de plantillas, tenemos más personas afiliadas. En elecciones sindicales también hemos subido. Somos el primer sindicato en los cuatro territorios de Hego Euskal Herria. En la CAPV llevamos casi 20 puntos de ventaja sobre el siguiente sindicato, y en Navarra somos el primer sindicato. Tenemos más delegados y delegadas, y el porcentaje de representación también es mayor.
Destacas que estos resultados se han logrado en un contexto que describes como adverso.
Sí, porque sigue habiendo elementos muy negativos que no hemos podido eliminar y que dificultan nuestra actividad sindical. A día de hoy se mantienen las leyes que facilitan el despido y el cierre de empresas. Mientras la reforma impulsada por Mariano Rajoy siga vigente, la lucha por el empleo y el cierre de empresas seguirá siendo protagonista.
Y ahí creo que hemos respondido bien. Somos un referente para que las empresas tengan más dificultades a la hora de despedir. El grupo de EREs y Concursos, coordinado desde la federación, nos ha dado mucho, nos ha permitido aprender cómo ser más eficientes de cara al siguiente conflicto. Las asesorías de las empresas saben que cuando ELA tiene peso o es mayoritario el cierre es mucho más difícil.
Además, no podemos olvidar que hacemos sindicalismo en un territorio donde no existe una verdadera política industrial. La política industrial en Euskal Herria es propaganda y en muchos casos se apuesta por actividades incompatibles con la vida. Si el futuro pasa por producir más armas para que mueran personas, no lo compartimos.
Tenemos una Unión Europea sumisa a los Estados Unidos. El proyecto europeo y el dinero público parece estar centrado únicamente en producir más armas. En las empresas hay una preocupación sobre qué es lo que hacemos, para quién lo hacemos y para qué. Un ejemplo es Palestina. Tenemos claro que hay que romper toda relación con un estado genocida como es Israel.
El congreso también sirve para poner las bases de cara al futuro. ¿Cuáles son los principales retos?
Tenemos que seguir con un montón de cosas que hemos hecho. Por ejemplo, seguir denunciando que la construcción, además de generar un montón de dinero para las empresas, continúa construyendo mientras explota a la gente, gran parte de ella inmigrante.
Hemos sido activos en contra de la estatalización, como en el caso del convenio de Químicas o en el convenio de Conservas de Navarra, y en el futuro tendremos que seguir por el mismo camino. El balance es muy positivo, pero es obvio que quedan retos pendientes. Y la lucha contra la precariedad tiene que ser el eje vertebrador.
Luego, a nivel interno, también tenemos un montón de retos. Es imprescindible seguir con la visión feminista, porque hablamos de una federación muy masculina. Es prioritario seguir impulsando el protagonismo de las mujeres delegadas. En salud laboral estamos haciendo, junto a la Fundación Bidelagun, cosas nuevas en relación con el drama que suponen las muertes en el trabajo. Y también necesitamos trabajar por una verdadera transición ecosocial que haga compatible la industria con la vida y el medioambiente.
Estos retos no serían posibles sin nuestra cultura organizativa, sin el trabajo que hacemos en sindicalización, en empoderar a los y las delegadas… Sin este trabajo organizativo no hay nada.
Hablas de ser más efectivos. ¿Cómo?
En clave interna incidimos en dos cosas. Tenemos que ser más eficaces y coherentes. Tenemos que construir poder para ser eficaces. Está bien decir: ‘estoy en contra de la precariedad’, ‘quiero que se reparta la riqueza’... Pero si luego no tienes fuerza suficiente vas a acabar entrando en los parámetros que quieren las empresas. Y también tenemos que ser coherentes: ELA solo firma convenios que tienen buenos contenidos.
Sobre todo en los convenios sectoriales vemos que algunos sindicatos empiezan las negociaciones con unas peticiones y luego acaban en el otro extremo, calificando como positivos los contenidos firmados. A veces nos acusan de no firmar muchos convenios, pero de lo que no nos pueden acusar es de falta de coherencia: si ELA firma es porque es un buen convenio, y si no firma es muy, muy, muy difícil que sea un buen convenio.
A veces vivimos situaciones de verbena. Hay quienes firman convenios malísimos y luego te los venden como si fueran la leche. El convenio del Metal de Bizkaia es un buen ejemplo. Los firmantes te lo venden como algo maravilloso cuando es muy escaso. Y luego, esos mismos firmantes no te lo firman en Gipuzkoa porque dicen que es un mal convenio.
Si algo hemos mejorado, y creo que hay que seguir insistiendo, es la participación de las personas afiliadas antes de los convenios. Es imprescindible esta participación, que se marquen los objetivos. Y luego cumplirlos. ¿Para qué queremos determinados objetivos si luego van desapareciendo y acabas dando por buenos contenidos que al inicio de la negociación ni se te ocurrirían firmar?
Trabajo no va a faltar…
Si… Tenemos muchos retos y está claro que la negociación colectiva será igual de exigente que los últimos años. Cada convenio que conseguimos se basa en el respeto que nos hemos ganado o en la confrontación. No hay más. La patronal solo te da lo que te ganas. Los últimos años estamos viendo situaciones de grandes beneficios y que luego se nos discuta que esa riqueza se reparta, lo cual es indigno. Tenemos que conseguir avances significativos en la igualdad de género, evitando dobles escalas y la discriminación que sufren las personas jóvenes. De la mano de nuestra militancia lo lograremos, eso si, no nos vamos a aburrir...
 
    