colegio JM de Bilbao

El Gobierno Vasco, Kristau Eskola y Fundación Bidaide siguen en silencio ante el futuro del colegio JM

29/05/2025
Una sentada silenciosa denuncia la falta de respuestas mientras 100 puestos de trabajo están en riesgo.

Esta mañana la plantilla del colegio JM de Bilbao arropada por compañeros y compañeras de otros centros, ha llevado a cabo una sentada silenciosa con la boca tapada frente a las sedes de Kristau Eskola y la Fundación Bidaide, en una nueva acción de protesta para denunciar el abandono institucional y la falta total de respuestas ante una situación que amenaza con destruir un proyecto educativo y dejar en la calle a más de 100 personas.

La plantilla, en huelga indefinida desde el pasado 18 de marzo, sigue sin recibir ni una sola propuesta por parte de las instituciones. Lo que inicialmente se presentó como una fusión con el colegio Jesuitinas ha resultado ser un proceso opaco, roto y sin garantías, que pone en riesgo el empleo de 60 trabajadoras y trabajadores del centro, así como el de unas 40 personas más que prestan servicios esenciales como limpieza, cocina, transporte escolar y monitorado.

Desde el mes de enero, el colectivo ha pedido repetidamente diálogo, documentación y compromisos tanto al Gobierno Vasco como a la Fundación Bidaide. La respuesta ha sido el silencio institucional, sin explicaciones ni alternativas.

El pasado 12 de mayo, Jesuitinas anunció la suspensión definitiva del acuerdo de fusión, pero mas de dos semanas después, la plantilla sigue sin saber qué va a pasar con sus puestos de trabajo. Mientras tanto, el Gobierno Vasco ha facilitado matrículas fuera de plazo en otros centros, lo que la plantilla interpreta como un intento de romper la huelga y desmovilizar la lucha.

Frente a esta dejación de funciones, la plantilla ha optado por una forma de protesta simbólica: una sentada en completo silencio, con la boca tapada, para denunciar el silencio cómplice de las instituciones responsables.

En los últimos días, han recogido cientos de firmas de apoyo social, que serán entregadas al Gobierno Vasco. La ciudadanía ha mostrado su solidaridad con un colectivo que no pide privilegios, sino una solución justa y el derecho a continuar con su proyecto educativo.

Desde el colegio JM lo dejan claro: no están dispuestas ni dispuestos a desaparecer en silencio. Si las instituciones no actúan, serán responsables directas de dejar a más de 100 personas sin trabajo.