ELA exige que el Gobierno de Navarra cese en el maltrato a la plantilla de Osasunbidea
La dirección de Salud del Gobierno de Navarra publicó el 4 de enero la instrucción 1/2022, por la que permite la denegación de vacaciones, licencias y permisos a la plantilla de Osasunbidea, lo que supone, una vez más y como viene sucediendo desde el inicio de la pandemia, un maltrato injustificado a quiénes con el desempeño ininterrumpido de su trabajo, lo han dado todo por la salud y bienestar de la sociedad navarra.
Esta instrucción se ceba especialmente en el colectivo de enfermería, y con especial intensidad en quienes integran el contingente 'pool', contratos que, como viene denunciando ELA, ya suponen en sí mismos una precarización del personal. Este contingente 'pool COVID', que ha venido reduciéndose sistemáticamente, es una apuesta por Osasunbidea dirigida más por el ahorro que por la debida calidad asistencial. Todo ello viene propiciado por una pésima planificación, que como siempre acaba pagando el conjunto de la plantilla.
Sin entrar a evaluar el enfoque actual que desde las administraciones públicas se da a la pandemia, el resultado de las medidas es claramente insuficiente, dando como resultado un escandaloso número de contagios que desembocan en una situación de ocupación “técnica” completa en el Hospital Universitario (según la propia dirección del complejo), lo que choca frontalmente con lo declarado desde el Gobierno de Navarra, que califica la ocupación como “aceptable”.
La dirección de Salud está tomando medidas 'in extremis' dada la lamentable situación epidemiológica, y apelando a que el fin último de Osasunbidea es la provisión de salud con la debida calidad asistencial sanitaria. Así las cosas, ELA exige firmemente la compensación a quienes les sean denegados días de vacaciones, a razón de 1h 45 minutos por hora, así como la ampliación del período de posibilidad de su disfrute.
Asimismo, ELA exige que Osasunbidea solucione problemas estructurales como es la falta de personal sanitario con ofertas públicas de empleo adecuadas que realmente reduzcan la eventualidad, un adecuado calendario en estas convocatorias, y que abandone la política de ofertas contractuales que no hacen sino precarizar a la plantilla.