La polémica entre los partidos refleja la falta de rumbo del Pacto Educativo
En opinión de ELA el Gobierno trata de introducir algunas modificaciones cosméticas para hacer que perdure el actual sistema. Por ejemplo, sin garantizar la gratuidad de las escuelas el hecho de concertar las aulas de 2 años supondrá la continuidad de un sistema que genera segregación.
Además, se están tomando medidas que afectan a las trabajadoras y trabajadores, pero esas medidas no se han negociado con nadie. ELA considera inaceptable poner en juego las condiciones y puestos de trabajo sin negociarlo con la representación sindical. No aceptaremos que se modifique el sistema si ello implica la destrucción de empleo o el deterioro de las condiciones de trabajo, porque, entre otras cuestiones, solo unas condiciones de empleo dignas permitirán ofrecer una educación adecuada.
Desde el inicio del proceso de aprobación de la Ley Educativa de la CAPV ELA ha manifestado claramente que hace falta una transformación en profundidad del sistema. Este sindicato busca que se produzca una transición acordada hacia una escuela pública soberana que euskaldunice sin segregar, cuyo marco referencial sea Euskal Herria y esté a salvo de los intereses empresariales. En ese proceso ELA ha hecho propuestas concretas, factibles con la Ley Educativa, y ha demandado un acuerdo político en torno a otros elementos que no se pueden desarrollar en la legislación española, ya que solo se podrá recorrer ese camino mediante la articulación de la sociedad (hablamos del curriculum propio o la división en redes).
Hasta el momento no ha habido voluntad para abordar estas cuestiones. Se están haciendo cambios superficiales para evitar una transformación real. Estamos a tiempo de cambiar un sistema educativo que genera segregación, no euskalduniza, no garantiza la referencia de Euskal Herria, se basa en la precarización de las personas que trabajan en él, no asegura la laicidad y sitúa los intereses empresariales por encima de los de la sociedad.