La vergüenza de Europa ante el mundo

18/09/2015
La vergüenza de Europa ante el mundo
Desde ELA nos unimos a la denuncia colectiva que interpela directamente a los gobiernos e instituciones de la Unión Europea, por el bochornoso y terrible papel histórico que están jugando en la tragedia humanitaria de las personas migrantes y refugiadas.

La reunión de emergencia del Consejo de Justicia y de Asuntos de Interior del 14 de septiembre fue un fracaso y la Unión Europea sigue sin actuar de manera coordinada y estratégica ante la insostenible y cruel vulneración de los derechos humanos fundamentales, en la denominada “crisis de refugiados/as”. Es más, no asume su responsabilidad y se limita a intentar establecer cuotas de acogida de personas refugiadas, incumpliendo de facto la legislación internacional en materia de asilo.

A todo ello se añade la peligrosa distinción que se da entre “migrantes” y “refugiados y refugiadas”, recordando de paso que ni siquiera existe una política migratoria comunitaria común que vaya más allá del control militar de las fronteras de los estados. Así, se fomenta la criminalización de los flujos migratorios con una clara raíz estructural de componente socio-económico.

La hegemonía de lo económico ha dejado a Europa sin principios éticos y políticos y, una vez más, aparece su verdadera cara: un proyecto económico antidemocrático y antisocial en beneficio de élites empresariales y financieras. ELA considera del todo cuestionable que se priorice el rescate de los bancos antes que el de las personas. Basta solo con mirar la celeridad y la dureza con la que se impusieron las medidas de rescate y de austeridad en Europa. El negocio es el negocio y estas personas no computan a estos efectos.

Esta Europa del siglo XXI cierra sus fronteras, se hace fortín, ante la llegada desesperada de personas que paradójicamente sufren las consecuencias derivadas de sus propias políticas neoliberales (políticas comerciales y de ajuste estructural, entre otras); y políticas geoestratégicas de claro corte neocolonial e imperialista (complicidad de la Unión Europea en las guerras de Oriente Medio). La gente sigue muriendo todos los días. Las fronteras y la legalidad no pueden ser una barrera para la vida humana.

Las posiciones de los estados están favoreciendo asimismo expresiones y posiciones peligrosas de extrema derecha, Ahí tenemos las declaraciones de dirigentes cualificados del PP intentando criminalizar a las personas refugiadas, ligándolas al movimiento yihadista. De hecho, ya se empieza a apuntar peligrosamente y a elevar la percepción de que detrás del éxodo sirio está el Estado Islámico. A juicio de ELA, este es un debate interesado y peligroso que abre las puertas a la intervención militar y a renunciar de nuevo a profundizar en las raíces de los conflictos bélicos y humanos.

A la espera de nuevas cumbres y reuniones de la Unión Europea para establecer cuotas de personas refugiadas, desde ELA seguiremos denunciando esta renuncia a la política y exigiendo a los gobiernos que respondan urgentemente a las necesidades humanas básicas, desarrollando políticas de acogida que abarquen el empleo, la vivienda, la sanidad y la educación de las personas refugiadas y migradas.

Pero si la respuesta a una tragedia humanitaria se reduce a mero asistencialismo, sin cuestionar la raíz de los conflictos, seguiremos abocadas y abocados de manera periódica a una sucesión de realidades parecidas, y será otra oportunidad histórica perdida. Por ello, es necesaria una política internacional orientada a la resolución política de los conflictos y al desarrollo económico y social de los países originarios de las personas migradas. Exigimos una política migratoria europea que ponga a las personas en el centro. En este sentido, sería un momento óptimo para redefinir los fundamentos del proyecto europeo, aunque nada indica que los gobiernos europeos lo vayan a hacer.

Ante la inacción de los estados, la ciudadanía ha ido por delante en muchos casos. Aplaudimos y apoyamos toda esta ola de solidaridad surgida de la ciudadanía (y de algunas instituciones), y esperamos que la emoción pueda llevar a la acción y se consiga ir más allá, uniendo fuerzas en la denuncia internacional colectiva. ELA muestra su disposición a ser parte activa en esta dinámica social de denuncia y solidaridad.