Los precios de los alimentos suben un 16,5% en marzo
El precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas ha aumentado en marzo un 16,5% respecto al año anterior. Recordemos que el gobierno de Sánchez eliminó el IVA a algunos alimentos básicos (pan, leche, quesos, fruta, verduras, legumbres, etc.), pasando del 4 al 0%. Además, muchos supermercados están anunciando supuestas rebajas de precios, en una clara maniobra de marketing. Según los datos de marzo publicados por el INE, los precios de estos alimentos están por encima de los de diciembre. Esto significa que la reducción del IVA no ha tenido ningún efecto y que los supermercados continúan apoderándose de ese margen. Estos son algunos ejemplos de la subida de precios: el azúcar ha subido un 50%, la leche un 30%, el aceite de oliva un 32%, los huevos un 24%, las patatas un 21%, la carne de porcino un 19% y el pan un 13%.
La tasa interanual de IPC se ha moderado hasta el 3,3%, mientras que en febrero se situaba en el 6%. Esto no significa que los precios estén bajando. De hecho, los precios han aumentado un 0,4% de febrero a marzo, tal y como indica la variación mensual del IPC. La moderación de la tasa interanual se debe, además del abaratamiento de la electricidad y los carburantes, al efecto base: tras la guerra de Ucrania la inflación escaló hasta el 9,8% en marzo de 2022. Dado que el IPC compara el pasado mes de marzo con el del año anterior, era de esperar que la tasa se moderara, tal y como ha ocurrido.
Sin embargo, la inflación subyacente sigue en niveles muy elevados, situándose en el 7,5%, más del doble que la tasa interanual. La inflación subyacente excluye a los elementos más variables, como los alimentos o la energía, cuyo continuo aumento demuestra que las empresas están trasladando el aumento de costes al precio final de los productos y servicios.
A ello hay que sumar los efectos de la subida de los tipos de interés sobre el precio de las hipotecas. El Euribor se situó en marzo en el 3,647%. En consecuencia, se prevé que la hipoteca variable media se encarezca por encima de los 3.600 euros anuales, mientras que las hipotecas fijas que se firman en la actualidad también se encarecerán.
Por tanto, es evidente que estamos ante una nueva ofensiva del capital. Las empresas están aprovechando la situación para aumentar sus beneficios, mientras la clase trabajadora se empobrece, sobre todo las familias que dedican la mayor parte de su renta a productos básicos y vivienda. Además, hay que señalar que los salarios siguen sin actualizarse según el IPC, lo que hace que la pérdida de capacidad adquisitiva sea cada vez mayor.