Osakidetza
El II Plan de Igualdad se ha impuesto sin el aval de ningún sindicato de la mesa sectorial

La Mesa Sectorial de hoy es una buena muestra de lo que ha supuesto la conformación del nuevo Gobierno Vasco: nuevas formas pero viejas políticas. ELA ha denunciado de manera reiterada en este último año que, más allá de las nuevas formas, la situación de la Mesa Sectorial de Sanidad no había variado significativamente: siguen adoptándose decisiones de manera unilateral y la Mesa sigue sin abordar contenidos relevantes y de fondo que modifiquen sustancialmente la situación de Osakidetza.
En la reunión de hoy, Osakidetza ha cerrado dos cuestiones de gran relevancia: en II plan de igualdad y el nuevo modelo de OPE.
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El plan de igualdad no ha contado con el aval de ningún sindicato con representación en la Mesa Sectorial. Ello da buena cuenta de las carencias del plan, de la falta de voluntad negociadora y de la actitud impositiva de Osakidetza. De hecho, en la reunión de hoy, ha planteado que da por cerrado el Plan y que, a pesar de no contar con el aval de ningún sindicato, lo va a llevar adelante de manera unilateral. En un contexto en el que tanto el Lehendakari como el Consejero de Salud le dan públicamente mucho valor a la unanimidad obtenida en algunas cuestiones en el Pacto de Salud, Osakidetza ha optado por ignorar el rechazo unánime de los sindicatos al II Plan de Igualdad.
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En cuanto al nuevo modelo de OPE, Osakidetza ha firmado un acuerdo en minoría con SATSE y SME. El planteamiento, sin embargo, no ha obtenido en aval de ninguno de los sindicatos de clase que forman parte de la Mesa.
ELA ya ha venido denunciando que, en relación con el plan de igualdad, el único objetivo de Osakidetza ha sido el de contar con un plan formalmente aprobado, porque así lo exige la Ley. Esto es especialmente grave en una organización en la que casi el 80% de la plantilla son mujeres.
Osakidetza no ha tenido voluntad real de que este plan sea un instrumento eficaz para hacer frente a las brechas de género que se producen y repiten en Osakidetza. Y todo ello por tres razones fundamentales: desde el inicio, Osakidetza ha planteado un calendario de negociación absolutamente irreal y no factible si realmente se quiere negociar y acordar un plan de igualdad efectivo que afecta a más de 45.000 personas; no ha habido una verdadera negociación, la participación que se ha dado a los sindicatos ha sido muy escasa y el punto de partida ha sido un documento elaborado e impuesto por Osakidetza; ELA tiene claro que todo plan de igualdad debe partir de un diagnóstico adecuado, preciso y que explore todos los factores que influyen en las brechas de género. Sin embargo, Osakidetza ha partido de un diagnóstico que no recoge los requisitos mínimos y datos exigidos por la legislación vigente, diagnóstico incompleto que además ha sido confeccionado y facilitado con posterioridad a la elaboración del borrador del plan.
En cuando al nuevo modelo de OPE, Osakidetza no ha tenido en cuenta ni una sola de las propuestas planteadas por ELA. En un momento en el que sigue habiendo más de 24.000 temporales de larga duración en Osakidetza, ELA ha planteado que las OPEs de los próximos años sean por concurso de méritos para todas las categorías, tal y como Osakidetza plantea para algunas de ellas. Estamos ante trabajadores y trabajadoras que llevan largos años encadenando contratos temporales, que han superado varias OPEs y que han demostrado sobradamente su capacidad para desarrollar las funciones de su categoría. La OPE de plazas de difícil cobertura muestra que, si hay voluntad política, técnica y jurídicamente es perfectamente posible.