Un acuerdo pone fin a seis meses de huelga indefinida en TMB
La Diputación Foral de Bizkaia puso en marcha la planta de Tratamiento Mécanico Biológico de residuos (TMB) en 2013. Lo hizo subcontratando la gestión, con unas condiciones laborales de miseria recogidas en el convenio colectivo estatal de recuperación y reciclado de residuos. En este convenio de ámbito estatal se recogen salarios cercanos a los 14.000 euros anuales y una jornada de 1.780 horas anuales.
Con la firma de este convenio (que será el segundo en la empresa), y que tendrá una vigencia de cuatro años (2016-2019), los trabajadores y trabajadoras pasarán, entre otras mejoras, a tener:
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una jornada de trabajo efectiva de 1.672 horas, reduciendo su jornada en 56.
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un salario medio de 26.000 euros anuales. Se da un incremento salarial para cuatro años de 4.500 euros lineales de media, más los IPCs del año 2017 y 2018. Se abonarán pluses por trabajo en sábado, domingo y festivo.
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Se mejoran las licencias, excedencia voluntaria, tiempo de descanso; se regulan las acumulaciones por lactancia, seguro colectivo por contingencias profesionales.
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Se garantiza el cobro del 95% del salario en caso de enfermedad común.
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Los trabajadores eventuales con contrato a tiempo parcial de 27% de la jornada, pasan a tener el 75%, y sus contratos pasarán a ser indefinidos.
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Se limita la flexibilidad a 6 días anuales.
Esta mejora sustancial en las condiciones de trabajo solo ha sido posible gracias a la determinación del conjunto de la plantilla, a su decisión de organizarse y capacidad de lucha y al apoyo solidario de miles de afiliados y afiliadas de ELA.
ELA denuncia la actitud de la Diputación Foral de Bizkaia en este conflicto. La decisión de subcontratar la gestión de la planta TMB no le exime de la responsabilidad de lo que ocurre en la misma. Es la Diputación Foral de Bizkaia la propietaria de la TMB, la responsable de la gestión de todos los residuos de Bizkaia y la que organiza cada tonelada de residuo que se gestiona en la planta.
A lo largo de este medio año de huelga los responsables de la Diputación no se han reunido ni una sola vez con los trabajadores y trabajadoras de su planta, y se han negado a buscar una solución para mejorar sus condiciones y terminar con la precariedad. Es evidente que su actitud ha contribuido a alargar un conflicto con consecuencias para el conjunto de la sociedad bizkaina.