La segregación escolar se cronifica sin modificaciones estructurales
ELA considera que para hacer frente a la segregación es imprescindible enfocar el tema como una cuestión esencial para garantizar la cohesión social y la equidad del alumnado. Por eso defendemos que hay que ralizar cambios estructurales para afrontar la situación, y para ello, ELA considera que estos cambios deben abordar los tres ámbitos siguientes:
Por un lado, hay que aumentar y mejorar los recursos. Por ejemplo, es imprescindible mejorar la ratio entre alumnado y personal educativo para atender a la diversidad y necesidades del alumnado. También se necesitan más profesionales específicos para dar una acogida integral al alumnado recién llegado y, en particular, una acogida lingüística. Es fundamental estabilizar a los y las profesionales, porque la situación es grave: tras los procesos de consolidación que tiene en marcha el Gobierno, la temporalidad del profesorado y educadores en el sector público seguirá siendo superior al 30%. Asimismo, la carga de trabajo burocrática es excesiva, y es necesario reducirla para poder centrarse en los y las alumnas.
Abordar todos estos aspectos supone mejorar sustancialmente la financiación de la educación. Esta mejora debe reflejarse en los presupuestos del Gobierno y en los convenios reguladores de las condiciones de trabajo. Precisamente, ahora se están debatiendo los presupuestos de la CAV para 2026. Más allá de la propaganda, veremos el porcentaje sobre el PIB que se destina a Educación. Pero lo que podemos adelantar es que en 2025 el porcentaje fue del 3,81%, lejos del 4,7% de la media europea y aún más lejos del 6% recomendado por la UNESCO.
Por otro lado, en el ámbito pedagógico, el modelo de inmersión lingüística en euskera debe implantarse en todas las escuelas de la CAPV para que todo el alumnado pueda conocer las dos lenguas oficiales. Es clave para garantizar los derechos y la cohesión de todos y todas. Esto significa, entre otras cuestiones, garantizar itinerarios formativos adecuados y recursos e instrumentos para la euskaldunización de los profesionales. En la misma línea, a favor de la cohesión, es necesario un currículum propio sin imposiciones estatales, que tome la pluralidad y tambien por ello la referencialidad vasca como punto de partida. Esto supone que la defensa de las competencias debe pasar de la teoría a la práctica.
En tercer lugar, hay que superar el actual sistema basado en la distribución de redes y empezar a dar pasos hacia un sistema propio que sea totalmente público. Además, hay que garantizar la gratuidad de todo el proceso educativo, eliminando cuotas. Por otro lado, se debe garantizar una distribución equilibrada de todas las tipologías de alumnado, promoviendo cambios en el sistema de matriculación y en la matrícula viva (matriculacion del alumando con cambio de empadronamiento a lo largo del curso). También hay que incidir en la planificación, controlando la sobreoferta sobre los puestos escolares y definiendo bien el mapa escolar con el que se organiza la escolarización y las áreas de influencia. Esto requiere que se diseñe una hoja de ruta clara en esta dirección.
Cabe recordar, sin embargo, que la segregación es un problema que va más allá del sistema educativo, por lo que también se debe incidir en las políticas sociales. Y es que, por ejemplo, la segregación escolar supera la segregación residencial, por lo que las politicas de urbanismo y vivienda influyen directamente, así como la precariedad laboral y la pobreza infantil: el alumnado de familias con menos recursos tienen opciones escolares más limitadas, y en la mayoría de los casos son ellos y ellas las que se ven obligadas a desplazarse de un centro a otro (matrícula viva). Por lo tanto, el problema de la segregación se debe abordar en dos direcciones: desde la educación, como lugar para garantizar la cohesión y la equidad; y más allá de la educación, repensando y planificando conjuntamente las políticas sociales, migratorias, de vivienda, culturales y educativas que están en la base de la segregación, para poder hacer frente a las desigualdades.
La acción sindical de ELA tiene como hito estas líneas y ha actuado en los últimos años para impulsar estos cambios. Por ejemplo, en el debate de la Ley de Educación, impulsó la huelga junto a los sindicatos Steilas y LAB en demanda de un sistema educativo propio y euskaldun, una hoja de ruta para desembocar en una única red pública, garantizar unas condiciones laborales adecuadas, un currículum propio y un modelo de inmersión lingüística en euskera. CCOO y UGT se quedaron fuera de la dinámica porque no compartían la reivindicación del modelo de inmersión lingüística en euskera ni del currículum vasco (parece coherente con la actitud que han mostrado respecto al euskera y las vulneraciones de derechos lingüísticos).
La Ley de Educación se aprobó en el Parlamento Vasco en 2023, sin recoger apenas ningún contenido reivindicado por ELA en las huelgas, como por ejemplo: no hay hoja de ruta para superar la actual distribución de redes, ni para desarrollar un currículum propio o para implantar el modelo de inmersión lingüística en euskera. Estas medidas también son necesarias para hacer frente a la segregación, entre otras.
También se secundaron huelgas en la educación pública el curso pasado. Reducir y estabilizar la temporalidad, reducir las ratios, aliviar la carga burocrática de trabajo, garantizar la salud laboral y recuperar el poder adquisitivo fueron algunas de las reclamaciones. Con la excepción del convenio del personal de cocina y limpieza, las huelgas terminaron con acuerdos que respondían de forma muy deficiente a estas demandas. El Gobierno Vasco y los sindicatos firmantes de los acuerdos (LAB, STEILAS, CCOO, UGT, Interino) renunciaron así a llevar a cabo cambios de calado en materia de recursos y condiciones laborales.
Es en este contexto en el que el Gobierno Vasco ha convocado el foro para el pacto contra la segregación. ELA cree que si la Ley de Educación y los acuerdos de condiciones laborales en la educación pública son la base sobre la que se pretende actuar, no es posible responder a la segregación y garantizar la cohesión social del alumnado. Y el citado foro sobre la segregación se limitará a ello, sin abordar ningún cambio estructural ni de calado.
Por eso ELA no participa en dicho foro, y menos a la vista de lo ocurrido en el pacto sanitario: sin contenidos ni medidas concretas, se ponen en marcha mesas y foros de debate para dar una imagen de haber abordado el problema, en lugar de consensuar medidas de calado que aborden realmente la cuestión.
ELA sigue trabajando para abordar la cuestión de la segregación fuera de este foro. Para ello, a principios de septiembre ELA trasladó a los sindicatos LAB y STEILAS una propuesta que implicaba acordar medidas concretas en los ámbitos de actuación citados, la decisión de no participar en la mesa del Gobierno y una dinámica de movilizaciones. Ambos sindicatos rechazaron la propuesta de ELA (LAB está participando en el foro).
ELA tiene claro que es necesario seguir movilizándose y organizándose para hacer frente a la segregación, lograr la cohesión social y garantizar la equidad del alumnado; más allá de intereses partidistas, sin menospreciar las luchas y necesidades por los recursos, y con medidas y demandas concretas. Más aún sabiendo que la mesa de segregación del Gobierno no traerá resultados.
Por eso, ELA va a seguir promoviendo movilizaciones con los y las trabajadoras del sistema educativo, porque está convencida de que sin presión social, difícilmente se van a resolver ni la segregación escolar ni el resto de los principales problemas del sistema educativo vasco.