LEY DE EMPLEO PÚBLICO

ELA se moviliza ante el Parlamento Vasco para que el euskera deje de ser una lengua subordinada al castellano en las administraciones

02/10/2025
ELA se moviliza ante el Parlamento Vasco para que el euskera deje de ser una lengua subordinada al castellano en las administraciones
La propuesta de modificación de la Ley de Empleo Público presentada por EH Bildu garantiza que, además de respetar los derechos lingüísticos de la población euskaldun, haya apoyos personalizados para todas las personas que no saben euskara y trabajan en las administraciones. ELA considera imprescindible hacer frente a las agresiones de agentes y sindicatos que atentan contra los derechos lingüísticos de las personas euskaldunes y trabajará movilizaciones y alianzas para lograr la plena euskaldunización de las administraciones teniendo en cuenta a toda la plantilla

El 2 de octubre se ha iniciado en el Parlamento de Gasteiz el debate sobre las proposiciones de ley presentadas por EH Bildu y PNV. ELA se ha concentrado a las puertas del parlamento para pedir que el euskara deje de ser una lengua subordinada al castellano. De las dos proposiciones, únicamente la de EH Bildu permitiría emprender el camino que reivindica ELA. EH Bildu plantea dos novedades: en primer lugar, que además del castellano el euskara sea preceptivo en todas las plazas, pudiendo establecerse las salvedades que sean necesarias. En segundo lugar, el personal monolingüe tendrá por primera vez derecho a un itinerario formativo personalizado para aprender euskara. Por tanto, la proposición de ley de EH Bildu abre la posibilidad de que el euskara sea plenamente oficial en las administraciones sin poner en peligro el empleo de la gente que no lo habla.

Por su parte, la proposición del PNV mantendría la situación en que el euskara es una lengua subordinada porque solo contempla la exigencia general del castellano y, en consecuencia, únicamente se garantiza el servicio en castellano, obligando a las trabajadoras y trabajadores a prestar sus servicios en castellano, al ser la única lengua común. Además, las personas que no sepan euskara tendrán que seguir euskaldunizándose por su cuenta, y no se contempla que las administraciones tengan obligación alguna para con el personal, especialmente el temporal.

Los tribunales españoles, así como sindicatos y partidos políticos euskaráfobos están embarcados en una ofensiva contra las medidas de normalización del euskara, y contraponen los derechos lingüísticos al derecho al trabajo. Pues bien, el derecho a trabajar en euskara también existe, pero la mayoría del personal de las administraciones está obligada, día tras día, a trabajar en castellano. Sin embargo, con el apoyo adecuado y estableciendo plazos razonables, las administraciones pueden euskaldunizarse plenamente junto con todas las trabajadoras y trabajadores que no saben euskara, mediante la jubilación de algunos de ellos y ofreciendo oportunidades reales de aprendizaje al resto.

En opinión de ELA, una vez transcurridos 40 años, ha llegado el momento de que en las administraciones de la CAV las dos lenguas oficiales gocen del mismo estatus jurídico y el euskara deje de ser una lengua subordinada al castellano. Por tanto, hay que establecer un periodo razonable para que en todas las plazas se exija el conocimiento del euskara, además del castellano. En ese plazo se jubilarán numerosas trabajadoras y trabajadores, precisamente quienes en menor proporción saben euskara, y se les puede ofrecer a las personas monolingües apoyo y tiempo para aprender euskara.

Por todo ello, ELA exige que en los próximos meses, durante el debate parlamentario de estas dos proposiciones de ley, se adopte como base la de EH Bildu, porque ofrece más garantías para los derechos lingüísticos de la ciudadanía y protege mejor los derechos laborales de todas las trabajadoras y trabajadores; la proposición del PNV debe dejarse a un lado.

ELA trabajará con los y las trabajadoras de las administraciones para compartir la situación y organizar las movilizaciones, y para ello trabajará las alianzas sociales y sindicales, dejando de lado a los agentes y sindicatos que lideran la ofensiva contra el euskera.