ELA no firma el convenio de IMQ Zorrotzaurre, que condena a la plantilla a un mayor empobrecimiento
Con el fin de encontrar espacios comunes con el resto de sindicatos y la empresa, durante los doce meses de negociación ELA ha modificado su postura en cuanto al tiempo de vigencia o los contenidos del convenio. Pero ha sido firme en la defensa de unas actualizaciones de las tablas salariales referenciadas anualmente al IPC. Tanto en 2021 como en 2022, el encarecimiento de la vida ha condenado a la plantilla a una pérdida de poder adquisitivo. Por ello, ahora más que nunca, es necesario defender que los salarios suban, como mínimo, en la misma proporción que el IPC. Sin embargo, SATSE y SAE han firmado un convenio que empobrecerá a las trabajadoras.
ELA también denuncia las maniobras de la empresa para trasladar la negociación fuera de la comisión, excluyendo a la sección sindical más votada. La delegación de ELA seguirá vigilante para ver si la empresa pone en marcha medidas que no ha conseguido en la negociación y que haya pactado en otro escenario, sin transparencia, vulnerando el derecho a la negociación colectiva.
La plantilla de IMQ Zorrotzaurre será más pobre desde hoy, pese a trabajar en el grupo empresarial más grande de la sanidad privada del territorio. Un grupo con dinero suficiente para grandes obras en sus instalaciones y para permitirse, tras una sentencia judicial contraria, mantener a más de setenta personas cobrando, sin trabajar, durante más de diez meses y contratar a otras cincuenta para que hagan su trabajo. Aun así, IMQ Zorrotzaurre mantiene el atractivo para que un nuevo inversor, en este caso Adeslas, gaste millones en hacerse con su negocio.Cuesta creer que una empresa en esa situación pueda ver comprometida su viabilidad económica solo por actualizar las tablas salariales en la misma medida que el IPC.