La patronal de residencias de Gipuzkoa bloquea la negociación

En una rueda de prensa celebrada en Donostia, ELA ha reiterado su oposición al planteamiento de la patronal. “No estamos por dar cobertura a congelaciones salariales ni a recortes sociales, ni a renunciar a las mejoras ya alcanzadas con enormes sacrificios y largas luchas, y aún menos a renunciar a los convenios de empresa, que son a la postre, el único ámbito en el que se pueden depositar nuestros derechos con las garantías de aplicación necesarias”, han señalado responsable de ELA en el sector.
ELA apuesta por dar estabilidad y ampliar las plantillas, construir puestos de trabajo que sean lo suficientemente decentes como para que “las trabajadoras podamos tener asegurado un proyecto de vida digno y autónomo, sin que tengamos que huir de un sector en el que nos gusta trabajar”.
La Diputación y la patronal ha diseñado un sistema de cuidados en donde la estabilidad y profesionalidad son factores negativos, las rotaciones de plantilla son cada vez mas evidentes en muchas de nuestras residencias. ELA denuncia que este sistema de mano de obra barata, con muchas rotaciones y malas condiciones laborales hacen que el sistema se base solo en el rendimiento de beneficios económicos y en procesos de cuidado de muy baja calidad. A todo esto tenemos que sumar que la Diputación de Gipuzkoa sigue empeñado en licitar la gestión de las residencias públicas a precio/hora en vez de precio/alzada y que los precios de licitación son low cost, y todo ello aderezado con ratios manifiestamente insuficientes, hacen que el sistema sea cada vez mas ineficiente para dar satisfacción a los actuales y futuros usuarios.
ELA recuerda que las trabajadoras de las residencias de Gipuzkoa perciben un 32% menos de salario respecto a lo que se percibe en otros sectores con similar responsabilidad y exigencia de formación. Además, muchas trabajadoras llevan mas de 10 años a jornada parcial sin que se les haya respetado las ampliaciones de jornada recogidas en el convenio, que con carácter semanal y mensual se modifican cientos de calendarios a las trabajadoras.
Denuncia que existen hasta 22 turnos de trabajo diferente, que no no hay enfermedad profesional reconocida, que una vez de alcanzar los 10 años de trabajo en residencias las trabajadoras sufren las mismas dolencias en todas ellas como consecuencia del enorme esfuerzo físico.