Una Caja Vasca, por y para la ciudadanía de Euskal Herria

27/07/2010
En ELA mantenemos que cualquier opción que se elija por los representantes y los gestores de las cajas, debe asegurar la no “bancarización” y/o privatización de la entidad resultante.

Desde las secciones sindicales de ELA en BBK, KUTXA, VITAL Y CAN, ante la nueva ley de cajas y el proceso de reestructuración del sector queremos manifestar lo siguiente:

La nueva Ley de cajas en su explicación y justificación inicial dice: “Las Cajas de ahorros  cumplen con una función esencial dentro de nuestro sistema financiero y de nuestro entramado social... han actuado en beneficio del interés general a través del cumplimiento de su función social… y tienden  a su consolidación como entidades financieras de marcado carácter social…” 

Pero en el desarrollo de la misma, aunque se continúe hablando de la Obra Social de las Cajas, se posibilita la privatización de éstas de varias formas. Una es manteniendo el “negocio financiero” a través de un Banco en el que deberán poseer más del 50% de sus acciones. No obstante, y para ayudar ha aliviar el contenido de dicho  cambio se autoriza a seguir denominando a ese banco con el nombre de la Caja para así mantener el recuerdo de sus clientes. La segunda opción se les permite desaparecer directamente, pasando el negocio a un banco, y con los rendimientos de las acciones de éste consolidar una fundación con la que seguir “aplicando” su Obra Social.

En ELA entendemos que esta Ley obvia de manera intencionada el principal fin de las Cajas de Ahorros, ya que en vez de reorientarlas a crear riqueza y bienestar para la población en su zona de influencia y sobre todo impulsar su Obra Social, se prima el beneficio del ejercicio, la posición en el ranking o en las estadísticas. Creemos en cambio que se debe apostar por los clientes, incluso aquellos que no dan beneficio, a los que podemos ayudar a encauzar o apoyar su futuro.

Antes de que saliera la nueva  Ley se empezó a configurar el nuevo mapa de cajas, con una clara división entre fusiones clásicas y fusiones virtuales, cómo por ejemplo la realizada por la CAN, superando además las zonas de influencia, o la operación financiera de  BBK  absorbiendo  a Cajasur.

En conclusión:

En ELA mantenemos que cualquier opción que se elija por los representantes y los gestores de las cajas, debe asegurar la no “bancarización” y/o privatización de la entidad resultante. Lo que hace unas fechas se rechazaba, ahora se pretende que sea una realidad y eso es algo que nos preocupa. Por ello, entre otros motivos, nos opusimos a la SIP de Caja Navarra

El origen de nuestras entidades está en Euskal Herria. El compromiso era dar servicio a nuestro pueblo y a través de él generar riqueza para todo el País. En este sentido, abogamos  por que nuestras Cajas sean gobernadas y sus intereses  dirigidos desde Euskal Herria, bien sea cada caja por su lado, o fusionadas. Desde ELA seguimos apostando por una entidad única, de carácter social, al servicio de la ciudadanía y alejada de orientaciones neoliberales, con un modelo de gestión transparente y que apueste por el desarrollo y bienestar de los ciudadanos del País.

Las 4 secciones sindicales de ELA exigimos, a la vista de estos movimientos, el ámbito de negociación vasco. No apoyaremos ninguna  operación que suponga la rebaja en las condiciones laborales de los trabajadores de las entidades actuales de Euskal Herria.