CC.OO y UGT dan paz social a una patronal que obtiene beneficios records extendiendo la precariedad

07/02/2007
Por sexto año consecutivo los sindicatos UGT y CCOO han firmado con la patronal un acuerdo sobre pautas de Negociación Colectiva a nivel del Estado. Estos sindicatos renuncian a la reivindicación, y dan paz social a una patronal que obtiene beneficios records extendiendo la precariedad.

El texto suscrito recoge como posición común de los sindicatos y de la patronal unos objetivos que son suficientemente expresivos: “dar continuidad a los criterios recogidos en los acuerdos anteriores”, manifiestan su interés “en trasladar una visión compartida sobre la realidad económica”... A partir de esos deseos compartidos solo cabe extraer una conclusión: UGT y CC.OO renuncian a la reivindicación. Y eso sucede en una coyuntura de crecimiento económico en la que la precariedad se extiende a la mayoría de colectivos que ingresan en el mercado de trabajo. El acuerdo firmado, al margen de la imprescindible retórica para llenar más de 50 páginas, nada dice sobre eso y plantea para estos colectivos referencias de incremento salarial parejos a la inflación prevista por el Gobierno (2%). ¿Para salarios de 700 € que significan esas referencias reivindicativas? Una auténtica tomadura de pelo, en opinión de ELA.

Si tenemos en cuenta los parámetros establecidos para la negociación colectiva del año 2007 ese acuerdo es completamente inútil para hacer frente a la precariedad. El Acuerdo solo sirve para consolidar la posición de privilegio de que dispone la patronal. ELA opina, que mediante la sucesión de acuerdos como este esos sindicatos renuncian a utilizar la negociación colectiva -confrontado con la patronal- para plantear alternativas y soluciones –que son perfectamente posibles- a las situaciones de precariedad. El margen para la reivindicación sindical va mucho más allá de los parámetros de ese acuerdo si se toman en consideración los propios datos oficiales que certifican lo qué está pasando con los salarios y los beneficios empresariales. Esos datos resultan completamente indiferentes para quienes firman este tipo de acuerdos. Resulta grotesco, que se reconozca que los salarios medios, como consecuencia del avance de la precariedad, están subiendo por debajo de la inflación (perdiendo poder adquisitivo) y que se renuncie a la reivindicación.

No pasa desapercibido para ELA la apuesta que en este acuerdo se hace por los marcos de negociación estatal (de sector y de empresa), en un momento en que resulta obvio que dichos ámbitos, de indiscutible debilidad sindical, son utilizados por la patronal para imponer condiciones de trabajo cada vez peores y para negar la apertura de otros ámbitos de negociación más favorables y más cercanos a la reivindicación de los propios trabajadores y trabajadoras.

El acuerdo, en definitiva, es el resultado de un modelo sindical burocrático y que desprecia la participación de la gente. Es evidente que teniendo como objetivo que la patronal esté cómoda no hay avances en la lucha que nos interesa.

ELA valora de manera muy negativa este acuerdo y rechaza que el mismo vaya a tener validez en el ámbito de Hego Euskal Herria. Para ELA, resulta obvio que para quienes deseamos poner coto a la precariedad y luchamos por un reparto más justo de la riqueza, ese tipo de acuerdos no debe ser ningún referente a tener en cuenta al reivindicar.